"Estábamos esperando que abriese la frontera como agua de mayo. Sin los portugueses, Tui está muy apagado", aseguraba Juan Carlos Blanco, presidente de la Asociación de Comerciantes de Tui desde la sede que esta organización tiene en el centro de la ciudad. Al otro lado del Miño, los comerciantes de Valença abrían sus tiendas con la esperanza de que la reapertura del paso para todos los ciudadanos después de tres meses cerrado "permita que regresen los clientes. Nosotros dependemos mucho de las personas que nos visitan y estos meses han sido terribles para todos", reconocía Armenio Fernandes, un veterano de una de las principales calles de la fortaleza, casi desierta en el primer día de apertura de la frontera.
Las pocas horas transcurridas desde que militares de la Guardia Nacional Republicana cortaran a la media noche portuguesa los cierres que impedían el paso a los peatones y vehículos en el puente metálico apenas habían cambiado el paisaje en las dos ciudades fronterizas. Unos cuantos grupos de turistas de diferentes puntos de España se adentraban en las callejuelas de la fortaleza de Valença, la mayoría con el objetivo de saborear algunas de las mil recetas de cocinar el bacalao de las que presumen al otro lado del Miño.
Una presencia que casi era anecdótica en la feria semanal de los miércoles, que ayer despertaba del letargo al que fue sometida durante tres meses. Feriantes de loza procedentes de Barcelos explicaban que ayer "es nuestro primer día, hasta ahora preferíamos no venir porque ni siquiera se cubren los gastos". En un puesto cercano, Gloria Cruz, con puesto también en Vilanova de Cerveira, aseguraba que "está muy flojo, pero mejor que estas semanas pasadas en las que apenas había movimiento".
Donde la apertura de la frontera sí se dejó notar desde el primer momento fue en la gasolinera de la entrada de Tui. A las dos de la madrugada -hora española, cuando apenas hacía una hora que la circulación se había repuesto en ambos sentidos, ya había varios coches haciendo cola para llenar los depósitos. Mientras, en el bar Casablanca su propietaria explicaba que "esperemos que vayan regresando, la mayoría de mi clientela era portuguesa y estos meses han sido muy duros porque aquí en Tui la mayoría de los comercios y establecimientos somos muy dependientes de los que vienen del otro lado de la frontera".
TURISTAS ASTURIANOS
"ESTAMOS DE VACACIONES EN GALICIA Y VINIMOS A COMER EL BACALAO"
El grupo de dos matrimonios procedentes de Luarca, en Asturias, no esperó ni un minuto para poner rumbo a Portugal cuando supieron que se reabría la frontera. Jorge, José, Estela y Lidia están enamorados de Galicia "y todos los años venimos de vacaciones y, claro, en este viaje tampoco falta la obligada visita a Portugal", comentaban mientras disfrutaban de las calles de la fortaleza, en las que el poco público existente en ellas hacia mucho más agradable el paseo. El objetivo de esta visita era, como no podía ser de otra forma, "comer un buen bacalao, ahora estamos dando un paseo por las tiendas, pero después lo que queremos es sentarnos tranquilamente a comer bacalao, que aquí lo hacen de maravilla".
CARLOS ALVES
"ESTAMOS ABIERTOS PERO SIN APENAS CLIENTES"
El empresario Carlos Alves reabrió hace 15 días su restaurante "O Limoeiro", con vistas a las murallas de Valença, y terraza bajo los árboles, por el momento reconoce que "no hemos tenido apenas clientes". La situación de los establecimientos de restauración es "muy complicada desde el cierre de la frontera. Vivimos de los que nos visitan y no venía nadie". En su local y en una pastelería próxima emplea a 7 personas que por el momento siguen esperando ilusionados "que la gente regrese este fin de semana".
ASOCIACIÓN COMERCIANTES TUI
"ERA UNA CIUDAD DORMIDA Y SIN APENAS MOVIMIENTO"
"Con la frontera cerrada en Tui no había visitantes, ni turismo ni peregrinos. Era una ciudad dormida en la que apenas había movimiento", explica el presidente de la Asociación de Comerciantes de Tui, Juan Carlos Blancos. La reapertura de todos los pasos fronterizos al público en general trae "la esperanza de que las cosas vuelvan a ser como eran, siempre cumpliendo y guardando las medidas de prevención necesarias. Son dos ciudades con mucha interacción y dependen sus economías la una de la otra".
MARTA RODRIGUES
"A TUI SE VIENE A COMPRAR CASI TODO"
"En cuanto super que abrían la frontera me vine a Tui a la farmacia", comenta Marta Rodrigues, una vecina de Valença que habitualmente hace parte de sus compras y abastece de gasolina su coche en la ciudad gallega, al igual que muchos otros portugueses de los municipios fronterizos que ayer recuperaron sus viejos hábitos.
MARÍA JOSÉ CALHEIRO
"ABRIMOS SIN TENER A QUIEN VENDER"
"Abrimos las tiendas pero sin tener apenas clientes", asegura María José Calheiro, que regrenta una tienda de ropa de casa a pocos pasos del Ayuntamiento de Valença. "Se notaba mucho el cierre de la frontera. Nuestros clientes son los españoles y con toda esta situación las calles estaban prácticamente vacías".
JANINE
"ME REINVENTÉ Y VENDÍ POR LAS REDES"
Janine siempre vivió a caballo de la frontera ya que su tienda de ropa está en el centro de Tui y vive en Valença. El cierre durante dos meses le obligó a "reinventarme y vender por las redes sociales, luego yo lleva los pedidos tanto a clientes de Valença como de Monçao". Ahora va a apostar "por crear una página web".
FRAN, VENDEDOR DE LA ONCE
"ESTOS DÍAS YA SE VE GENTE EN EL CENTRO"
Desde su esquina estratégicamente situada a escasos meros del Centro de Salud de Tui, Fran asegura "estos últimos días empieza a haber más gente en el centro, hasta hace poco había poco movimiento". Pese a ese incremento del número de transeuntes, este vendedor de la Once reconoce que las ventas "son ahora menores".
GLORIA CRUZ
"HUBO DÍAS SIN CASI NADIE EN LA FERIA"
Glira Cruz tiene un puesto en la feria de Valença de los miércoles y es optimista al decir que la jornada de ayer fue "un poco mejor que otras semanas en las que no había nadie". La situación es generalizada, aunque comenta que en la cercana Vilanova de Cerveira la feria de los sábados "está algo mejor que aquí".
JACQUELINE IGLESIAS
"ESTAMOS EMPEZANDO OTRA VEZ DES CERO"
Jacqueline Iglesia trabaja en una boutique del centro de Tui donde ya han colgado los carteles de descuentos. "Vienen algunos clientes, pero se puede decir que después de 5 años con la tienda abierta estamos comenzando otra vez de cero". La ausencia de los clientes portugueses "se notó mucho".
ARMENIO FERNANDES
"ESTÁBAMOS ANSIOSOS POR LA REAPERTURA"
"Toda la gente estaba ansiosa por la reapertura de la frontera", explica Armenio Fernandes detrás delmostrador de su tienda de bolsos en la fortaleza de Valença. "Ahora lo importante es que no se repita la misma situación, hay que ser cuidadosos para que las cosas puedan ir recuperándose poco a poco".
ÁNGEL TELMO PÉREZ
"SIN PORTUGUESES ESTABA TODO FLOJO"
Ángel Telmo Pérez es uno de los trabajadores transfronterizos que durante todo el confinamiento ha seguido cruzando para ir a trabajar a uno de los polígonos de Vilanova. Ahora, ya con la frontera abierta recuerda que "Tui parecía un pueblo fantasma, sin los protugueses estaba todo muy flojo".
