val miñor

"Vida a Granel" vende todos los alimentos sin envoltorio

Carmen Álvarez, ayer en la sede de la cooperativa. Junto a sus hijas Eva y Patricia forman "Vida a Granel".
photo_camera Carmen Álvarez, ayer en la sede de la cooperativa. Junto a sus hijas Eva y Patricia forman "Vida a Granel".
La cooperativa familiar, pionera en la comarca en la venta directa sin papel ni plásticos 

 Vender concienciando, esta es la filosofía que difunde entre su clientela la cooperativa familiar con sede en Nigrán “Vida a Granel”. Y es que como su propio nombre indica todo lo que despachan desde su establecimiento carece de envoltorios industriales, además tampoco utilizan bolsas de plástico y los únicos recipientes de los que se sirven son los que los propios clientes llevan consigo, generalmente de vidrio. Se trata de un planteamiento cuanto menos novedoso, original y concienciado con la realidad actual. Por el momento es la única empresa conjunta de la comarca que defiende la sostenibilidad y hábitos saludables con el medioambiente desde el punto de vista alimenticio. 

Eva, Patricia y Carmen pertenecen a la misma familia y llevan defendiendo su proyecto desde octubre de 2018 con un punto de vista global y que va más allá de la venta de alimentos. Cuentan con un nutricionista que asesora a la clientela, conciencian de los peligros de los pesticidas químicos como el ya conocido Glifosfato y en su lugar ofrecen soluciones tradicionales por ejemplo a las temidas plagas, poseen productos para intolerantes, celíacos, veganos y en su mayoría proceden de kilómetro cero. Las tres mantienen que aunque en ocasiones mantener su cooperativa se les hace un poco cuesta arriba “sobre todo por temas tributarios”, aseguran que seguirán luchando por mantener a flote una iniciativa en la que creen firmemente. 

Defienden "a capa y espada" los cultivos naturales y el comercio circular pero también cumplen con las peticiones  más complicadas que llegan cuando un cliente les pide, por ejemplo, una especia o alimento difícil de encontrar por la zona y que en la mayoría de casos se utilizan para hacer platos exóticos, aunque  “siempre bajo nuestros principios”. Ya sea en el día a día o de manera excepcional se sirven de proveedores que ofrezcan un valor añadido a sus productos. “La mayoría de nuestra oferta procede  de aquí pero cuando tenemos que encontrar algo que se sale de lo normal lo acabamos consiguiendo”, añadió. 

Desde su tienda ofrecen todo tipo de semillas, especias, harinas, chocolates, infusiones, conservas ecológicas, algas o legumbres, entre otras, y todos ellos provienen de variedades genuinas sin estar manipuladas genéticamente. Incluso están colaborando activamente en la recuperación de la producción de “millo corvo”, maíz negro, que en la actualidad apenas se ve. “Regalamos muchas semillas para tratar de darle un empuje a esta variedad y los resultados están siendo muy buenos”, explicó una de las cooperativistas.   
Además también elaboran complementos hechos con tejidos reciclados y este fin de semana celebrarán un mercadillo solidario en el local que las dos hermanas y madre tienen abierto en la avenida Val Miñor, y todo lo que recauden lo donarán a la fundación GAEM para la investigación de la esclerosis múltiple, que Eva Cañizares, una de las socias, padece desde hace años y que en ocasiones le impide salir de su casa. 

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