Gonzalo Fernández de Córdoba y Narváez XIII Conde de Gondomar

"Mi familia y yo llevamos a Gondomar en nuestros genes"

Gonzalo Fernández de Córdoba en las escaleras de acceso al plazo, detrás el escudo de la familia.
photo_camera Gonzalo Fernández de Córdoba en las escaleras de acceso al plazo, detrás el escudo de la familia.

"Mi hija mayor será la próxima Condesa de la villa cuando yo falte, si Dios quiere" 

nnn  Gonzalo Fernandez de Córdoba y Narváez, ingeniero forestal nacido en 1957 y natural de Madrid,  ostenta desde 2010 el título nobiliario de Conde de Gondomar. Él y sus nueve hermanos acuden todos los veranos con sus respectivas familias al pazo de la villa condal, una increíble edificación que data del siglo XII pero en el siglo XVI su antepasado Don Diego Sarmiento de Acuña, primer Conde de Gondomar, hizo de ella su residencia. En el siglo XVIII sufrió un incendio y  en el XIX cuando el condado de Gondomar se unió por vía matrimonial al ducado de Medinaceli fue restaurado sufriendo variaciones mínimas hasta la actualidad. 
¿Cómo se combina el empleo de ingeniero forestal  con el título nobiliario? 
La verdad que siempre estuve muy ligado a la naturaleza además de que tuve dos tíos abuelos con la misma titulación que yo  y la verdad que le vi mucha aplicación práctica, de hecho trabajé mucho como ingeniero a secas porque de lo mío como tal apenas he ejercido, estuve vinculado a departamentos de medio ambiente, empresas de construcción pero  no en temas forestales. Me ha servido de mucho en la vida civil
¿Relaciona la nobleza con hombres de letras?
En mi caso no, muchos de mis antepasados fueron militares o ingenieros y de letras poco. 
Toda su familia lleva toda la vida veraneando en Gondomar. ¿Qué vínculos tiene además del nobiliario con la villa? 
La verdad es que este municipio forma parte de mí,  hay que tener en cuenta que mis antepasados residieron en esta casa desde hace más 400 años. Estamos enraizados desde ese momento con el Val Miñor, abuelos y tatarabuelos. De pequeño me pasaba varios meses al año aquí junto a mis hermanos y padres. Ahora mismo estamos casi todos y ayer tuvimos a más de cuarenta personas en casa. No concebimos otra cosa, somos felices y la verdad que llevamos el municipio metido en los genes.
¿Le gustaría instalarse aquí definitivamente? 
Siempre lo pienso pero la vida profesional te lleva por donde te lleva, nací y trabajo en Madrid pero cuando me jubile me encantaría. Aun así si encontrase un trabajo en Galicia me vendría sin pensarlo.
Una pregunta que quizás esté muy trillada. ¿Goza de algún privilegio heredado?
Es una pregunta muy típica sí, pero no. Tuve que pagar un impuesto como por cualquier otra herencia. Tengo un sentido de la responsabilidad enorme, siempre mantuvimos el título en un nivel muy alto en cuanto a este punto. Me siento muy orgulloso pero al igual que usted por llamarse como se llama, considero que es una suerte. 
En cuanto a la ley de igualdad entre hombres y mujeres a la hora de transmitir el título. ¿Se considera tradicionalista?
La verdad que estoy completamente a favor, es más mi hija mayor será la próxima condesa, si Dios quiere. Esta modificación trajo mucha cola debido a temas relacionados con la retroactividad de la misma pero ahora mismo se aplica hasta en la realeza. La ley salió con una apostilla para que una serie de títulos pudiesen agarrarse antes de su entrada en vigor, se saltaba un principio constitucional. 
Hasta la séptima generación de su descendencia los varones llevaban el primer apellido Sarmiento, pero con Josefa Joaquina Alvárez de Toledo y Sarmiento,  que se casó con un Fernández de Córdoba,  éste despareció. ¿Hubiese cambiado algo para mantenerlo?
Esta mujer era el título propiamente dicho pero con su matrimonio, el de Gondomar se unió a otra larga serie de reconocimientos nobiliarios de Medinaceli. En mi caso no lo haría, aunque es algo muy practicado, considero que sería un mareo además el que llevo ahora mismo no tiene nada que desmerecer al anterior. Hay que darle sentido práctico a la vida, hay mucha gente que se cambia el nombre en el registro civil sin mayores problemas. Me llamo exactamente igual que “El gran capitán” pero sus descendientes tienen el apellido en posición número doce.
El pazo que ustedes cuidan como oro en paño, es uno de los pocos que no sucumbió a los caterings como modo de mantenimiento de la edificación. ¿Tienen algún truco para no caer en esa práctica?
El truco se llama mucho sufrimiento y aunque cada uno es muy libre de hacer lo que considere oportuno, desde mi punto de vista sería banalizar algo que es muy importante para nosotros, hacemos lo que podemos. Aun así las visitas guiadas nos proporciona una pequeña cantidad que invertimos en la casa. Yo también hago fiestas pero con los míos  pero también lo pongo a disposición de todos los vecinos por medio de  actividades, como por ejemplo las que imparte el Instituto de Estudos Miñoranos. 

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