Opinión

Con vergüenza ajena

Al igual que en el País Vasco se viene cambio social; pero no cambio de ciclo. Joe Rígoli fue un comediante argentino que trabajó mucho en España en los sesenta y setenta con un histrionismo que le dio gran popularidad y una exitosa carrera artística que terminó con él en la absoluta indigencia. Cantaba aquello de "yo sigo, yo sigo, yo sigo, sigo…" y ello ilustra lo que sabemos de la actualidad presidencial. Tras el varapalo gallego llegó el bálsamo de Euskadi y a falta de presupuestos aprobados se comprobó que la legislatura sigue peligrando. Ahora además sabemos que la respuesta pidiendo apoyo no ha sido de la ciudadanía sino de los afiliados socialistas acostumbrados al autobús y el bocadillo ante la llamada para estar en Madrid. Pedro se agarró a la baja voluntaria como el personaje de Los Picapiedra aporreaba a grito de "Vilma ábreme la puerta". Todo un aullido de homilía sentida que se escuchó en la selva como grito de Tarzán desnudo ante el peligro y que llevaba inoculado el permiso para romper la jornada de reflexión anunciada. 
Son varias las lecciones que quedan de esta aventura con vergüenza ajena. Por un lado, la mirada se fija en el PSOE ante la caída de su cabeza. Verdad, o no, se propaga que él lo es todo y que hasta practica maniobras con al rey de España. El punto y aparte del que habla Sánchez supone desplegar la vela mayor desafiando a jueces, medios de comunicación y oposición. Se ve que la decadencia del Partido Socialista Obrero Español sigue su senda hacia la radicalización y con ello sufrimos la degradación de la vida pública. Y no falta el personaje imprescindible que, una vez más, ejerce de socorrista de la piscina entrando en escena a golpe del CIS con el flotador bajo el brazo inflándolo a mano si es necesario. Tezanos es la medida más tradicional de cocina casera y flotador de seguridad. No olvida los colores para hacerlo también flotador recreativo.
La verdad es que Pedro Sánchez cada vez sorprende menos y siguiendo su táctica del ridículo y de la nada sus juegos florales han puesto este lunes al sol consagrando las masas absolutorias de una culpa que no se explica ni en la carta a la ciudadanía ni en la confirmación del yo sigo de Joe Rígoli. Un último adiós no se cumplió y las destrezas adquiridas en los sueños de la mayoría de españoles tampoco. El propio rey Felipe VI ha debido de pensar que bendito sea que medite poco el presidente si es que se lo va a hacer saber cada vez que lo haga, por mucho que esté enamorado de su querida Begoña, sufridora investigada por tráfico de influencias al plasmar su firma recomendando empresas para ser compensadas por ayudas estatales. 
Un año de legislatura improductiva ha tenido que pasar por este sainete de
"España y el Estado soy yo" para poner un punto y aparte en el Sanchismo. El lunes santo que acabamos de vivir está a la altura de la carta a la ciudadanía. Las declaraciones de Pedro desafían a España, sin España, y han venido a nutrir de contenido a su segunda vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, aportándole la baja por enamoramiento como idea estelar de sus próximos anuncios para cambiar la economía desde el mercado de trabajo que ella maneja desde el Ministerio de Trabajo y Economía Social.  
No, el presidente ya no sorprende y el Palacio de las Marismillas de Doñana le espera este puente de mayo. Este refugio de caza da el aire que necesita. El punto y aparte anunciado incluye la estrategia para sus tropas
 

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