Opinión

Del turismo y la industria

Me comentaba hace unos días un alto representante institucional en Galicia su relativa sorpresa por el tirón que está dando A Coruña y no solo con Inditex -primera empresa gallega, por delante de Stellantis- sino con las posibilidades de su puerto exterior y el centro de inteligencia artificial, bazas que van a colocar a la capital de las Rías Altas en posición de despegue. Es un hecho. Pero sobre todo destacaba la facilidad para poner en marcha proyectos, incluso cuando se trata de varias administraciones, lo que facilita la inversión. Esta es la situación por las Rías Altas. En Vigo las mejores noticias llegaron casi en exclusiva por el crecimiento del turismo, cada vez más importante en empleo y generación de riqueza, pero siempre oscilante. Vigo todavía es una ciudad industrial, pero hace unos 25 años -desde que se abrió el Parque Tecnológico- que no se instala una gran compañía y, en cambio, se han marchado algunas, la última la conservera Albo. Y no hay que hacerse ilusiones con el nuevo Plan General, que  apenas contempla suelo empresarial más allá de la posible ampliación de Balaídos y la probable del Parque Tecnológico. Mientras, la automoción ha ido expandiéndose por Portugal donde también hay buenas condiciones, rapidez en los trámites administrativos y urbanísticos y precios imbatibles. Quizá lo más positivo haya sido la transformación de PSA en Stellantis con la planta de Balaídos como cabeza del polo ibérico al frente de otras tres en Zaragoza Madrid y Portugal. Pero nada es seguro, salvo que el turismo aguanta peor las crisis que la industria, y que volvemos a la normalidad tras la ola de adhesiones inquebrantables al Gobierno, cada vez más cerca del trópico que de la UE.

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