Voleibol

Ale del Burgo: "La Liga es el título más importante porque es muy duro"

La colocadora viguesa del Olímpico celebra un punto en la final.
photo_camera La colocadora viguesa del Olímpico celebra un punto en la final.

“Nunca he vivido partidos tan duros a nivel físico y mental como los de Menorca; fue la guerra absoluta”, reconoce la campeona viguesa de la Superliga de voleibol

Alejandra Álvarez del Burgo (Vigo, 1999) volvió a tocar el cielo el pasado domingo en Menorca, cuando conquistó con el Olímpico de Gran Canaria la segunda Superliga consecutiva. La victoria sobre el equipo balear en la final del play-off por 3-1 completaba una temporada impoluta, con cuatro títulos -Copa de la Reina, Supercopa de España y Supercopa Ibérica, además de la Liga-. Pero la perfección se construye con muchas imperfecciones. No fue una temporada fácil, con cambio de entrenador incluido. Pero bien está lo que bien acaba para la viguesa, que ya acumula dos Ligas, dos Copas, dos Supercopas y una Supercopa Ibérica en su palmarés.

¿Le queda sitio en la vitrina?

(Se ríe). Todavía hay hueco, sí. Estoy muy feliz de poder ir llenándola en este año, que ha sido increíble. Pero ojalá pueda quedarse pequeña en el futuro.

Solo esta temporada son cuatro títulos. Casi perfecta.

La verdad es que sí. Una de las mejores que he vivido. Los títulos son el premio al trabajo, pero es que hemos tenido un grupo increíble y Fran (Carballo, el entrenador) nos lo hizo todo muy ameno. Es el sueño de cualquier deportista alcanzar todos los objetivos

Y eso que hubo problemas por el medio, con cambio de entrenador. ¿Fue un punto de inflexión?

Fue importante. Fran Carballo hizo un trabajo físico increíble, pero sobre todo mental. Nos valoró individualmente y nos hizo ver lo que podíamos llegar a hacer como equipo. También hubo momentos duros con él, pero en los puntos clave fue capaz de sacar el máximo de cada una.

Me consta que la Copa de la Reina es un título muy especial para usted, pero ganar la Liga es el premio al trabajo de todo el año.

En el momento que ganas la Liga no eres consciente de todo lo que hay detrás. Eso viene con el tiempo. Son muchas semanas de trabajo, varios equipos peleando por el mismo objetivo sin conseguirlo... Tiene un valor muy, muy grande. Para mí es el título más importante porque es el más duro. 

Ganar los dos partidos en Las Palmas encauzó la final. Pero en ambos tuvieron que remontar. 

En los momentos de adversidad, este equipo se crece, coge más fuerza. Son situaciones complicadas, que nos hacen sacar el doble de concentración para reponernos. Gracias a ello conseguimos darle la vuelta.

Pero aún quedaba ir a Menorca el fin de semana pasado.

Eso fue la guerra absoluta. Nunca he vivido partidos tan duros a nivel mental y físico porque esa última semana ya fue crítica en cuanto a dolores y molestias. Sacarlo adelante ha sido un gran trabajo en equipo.

¿Surge alguna duda tras perder el tercer partido del sábado en cinco sets tan igualados?

Fue un partido durísimo. Hizo daño porque lo rozamos. Y cuanto más cerca lo tienes, más difícil de asimilar es la derrota. Pasamos una mala noche. En la cena nos mirábamos, nos preguntábamos en qué fallamos y qué podíamos hacer al día siguiente. En esos momentos, Fran nos ayudó mucho. Nos hizo ver que teníamos la ventaja y nos dio mucha tranquilidad. Fue un trago difícil. Viéndolo con cierta distancia, también necesario porque nos ayudó a impulsarnos hacia la victoria.

Y por fin llega el domingo. En el cuarto set del cuarto partido terminan la serie con ese 27-29 tan ajustado. ¿Cómo fueron esos momentos agónicos con la responsabilidad de decidir los ataques de su equipo?

Una auténtica locura. Intentas tener el máximo de concentración y hacérselo fácil a las compañeras para que el punto caiga de nuestro lado. En esos últimos momentos experimentas la presión y solo piensas en qué hacer para que las chicas ganen el punto. Nos entró algo de ansiedad por cerrarlo, pero apareció Suly Matienzo -MVP de la final- atacando tres balones y lo pudimos ganar.

¿Cuánta dificultad tiene jugar varios partidos seguidos contra el mismo rival?

Siempre depende de nuestro juego. Menorca nos exigió el máximo porque es un equipo ordenado, muy defensor, que levanta muchas bolas y eso siempre desespera.  

 Se lo digo porque, como colocadora, siempre está en ese juego mental contra el bloqueo.

Totalmente. De hecho, del tercer al cuarto partido hicimos un juego muy distinto. Nos dimos cuenta de que teníamos que cambiar sistemas para que no nos anulasen tanto. Y luego, punto a punto siempre estoy pensando. Tengo a la jugadora 4 a tope, pero el bloqueo va a estar allí. Entonces, ¿cómo hacemos? Es muy mental. A veces, aunque sepas que va ir allí, hay que adelantarse y confiar en tu compañera.

A nivel colectivo es su mejor temporada, pero ¿cómo se valora en lo individual?

Un poco como la del equipo. No me sentía cómoda al principio, sin dar mi máximo rendimiento. Pero una vez que llega Fran, trabaja mucho conmigo. Él fue colocador y eso me ayudó mucho en los entrenamientos. Fue un apoyo muy grande. Gracias a eso, fui acercándome a mi mejor versión y como tengo unas compañeras que son una bendición, he acabado la temporada muy contenta con mi juego. 

Resulta muy extraño no verla con la selección. 

El año pasado estaba mal de la rodilla y hablé con el seleccionador para no ir porque ya había colocadoras jóvenes que daban el nivel. Pero este año no me han llamado. Entiendo que es un manera de darle continuidad al grupo. Las jugadoras que están yendo ahora mismo tienen un compromiso importante y eso es lo que necesita la selección. 

¿No se ve para regresar?

La rodilla no me ha dado demasiados problemas este año. Me siento bien. Lo que pasa es que veo que aguanto siete meses, pero no sé si podrían ser dos más a tope. Es el miedo que tengo. Por eso creo que no sería bueno para mí ni mental ni físicamente. Así que prefiero que vaya gente que va a estar al 100%.

Donde volverá seguro es a casa de vacaciones. ¿Hay ganas?

Muchas. Estoy deseando disfrutar de la familia, de la gente y de Vigo. Estoy muy contenta por haber recibido un premio de la ciudad, que no pude recoger por jugar el ‘play-off’. Pero fueron mis padres y me hizo mucha ilusión.

¿Habrá volei playa en Samil?

Seguro. Intentaré liar a algunas amigas para empezar aquí en Las Palmas y cuando ande por allí, lo mismo. Me va a venir bien para mantenerme en forma.

¿Ganarlo relaja o motiva para repetir?

Es una motivación enorme. Vamos a hacer un gran equipo y la base ya está prácticamente cerrada. Es una plantilla con muchísima calidad, pero que aún tiene margen de mejora. No hemos tocado techo. Ojalá que podamos seguir trayendo títulos a Las Palmas y que podamos dar un pasito más en la Champions. Sabemos que es otro nivel al que hay en España, pero queremos ir un poquito más allá.

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