Opinión

El RAP de Monago

La primera vez que vi un camaleón vivo fue en Extremadura allá por los años cincuenta. A los niños nos parecía fantástica la capacidad del animal para transmutar los tonos de su piel en función del color del objeto sobre el que se posaba. Lo hicimos pasar del verde al rojo, del rojo al azul, del azul al amarillo… Y la pregunta de uno de nosotros no tardó en romper la barrera de la lógica: 
- ¿De qué color es realmente el camaleón? 
Fuimos a preguntárselo a don Antonio Martín, nuestro profesor de ciencias naturales. El buen hombre nos miró con la interrogante clavada en su frente y, para no marearnos con explicaciones científicas, se salió por la tangente:
-El camaleón no tiene color –dijo sin inmutarse.
Nos pusimos a estudiar sobre el bicho y pronto supimos que su piel posee tres capas de colores distintos -la más profunda es negra-, gracias a unos pigmentos llamados cromatóforos y aprendimos que su epidermis posee queratina, circunstancia por la cual, como las serpientes las camisas, periódicamente debe cambiarla.
Pensé en el camaleón viendo el video de precampaña de José Antonio Monago, ¿PP?, aspirante a revalidar la presidencia de Extremadura. Se trata de un rap titulado “Extremadura, única doctrina” en el que las siglas de su partido han sido llevadas a la capa oscura del camaleón. No aparecen. Vemos, eso sí, un semáforo cambiando de colores y escuchando frases, cantadas por un personaje semioculto bajo una capucha, que dicen cosas como: “el color importa poco”, “creemos más en las ideas que en las ideologías”, “creemos en las personas no en los partidos”, “estamos contra el IVA cultural”… Y aguardé hasta el final por ver si bajo la gaviota gallega del logotipo se les había ocurrido poner un camaleón incoloro. No, tampoco sale aunque está presente en toda la película.
De este modo, Monago acaba de lanzar al circo electoral un certificado de defunción para el PP extremeño. Y como el pequeño saurópsido, pariente de los saurios extinguidos, pretende la eternidad en el cargo cambiando de piel y de tonalidades. Sin embargo, a su edad, el animal es el mismo y sus ideas, cantadas o calladas, deben de ser idénticas a las que llevaba en sus viajes de Madrid a Canarias para amar. Por cierto, el camaleón para cortejar multiplica el colorido y para ocultarse lo unifica.
Saque usted, paciente lector/ra, la conclusión viendo el vídeo. El PP de Mariano se desangra sin remedio, ahora también a ritmo de rap ambiguo y equívoco, tratando de mudar la piel, enseñando la patita camuflada y vistiendo piel de cordero… Perdón, quise decir: piel de camaleón.

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