Opinión

La vida tiene que ser otra cosa

Se atribuye a John Lennon la famosa frase de que “la vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes”. Una idea que parece dejar claro que ni lo que deseamos ni lo que procuramos incluso con esfuerzo tiene garantía alguna, porque “las cosas de la vida” lo superan todo. Por eso poco importa en realidad lo que diga el CIS, ni lo que pronostiquen las múltiples encuestas sobre los resultados de las elecciones generales del próximo 26J.
De nada sirven tampoco las firmes arengas mediáticas que barruntan con convicción cada uno de los líderes de los partidos políticos sobre su abrumador resultado electoral, en las que se erigen en ganadores y toman la palabra en nombre de la mayoría de los españoles que -en ningún caso- se ve hoy refrendada en las urnas. Pueden desgastarse hasta la extenuación y agotarse tanto como los ciudadanos estamos ya, pero todas sus ansias y esperanzas se verán superadas por la realidad.
Un gran amigo mío, que es un brillante pensador que no sale en ninguna lista de filósofos famosos –aunque méritos tiene- dice que la vida tiene que ser otra cosa, que no puede consistir solo en la misma y repetitiva rutina. Levantarnos, trabajar para vivir –quien pueda-, cumplir con las obligaciones familiares, un paseo y un café el fin de semana, levantarse de nuevo, trabajar… Ir a votar, una vez, otra, y estar siempre escuchando y viendo a los mismos individuos que se ponen fácilmente de acuerdo en intentar convencernos de que son lo mejor para nosotros y en cobrar sus emolumentos e indemnizaciones, comprobando la transferencia desde su ipad nuevecito del trinque.
Me gustaría que mi amigo filósofo de cabecera tuviera razón y la vida tuviera que ser otra cosa, pero –ojalá me equivoque- al menos ésta, es la que es. Y con el nivel de la política actual no tiene perspectivas de mejorar.
 

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