Opinión

Tontos y tesis

¿Pero tú eres tonto o tienes una tesis? Tonto ya no es solo el que dice tonterías, sino también el que tiene una tesis o un máster ganado sin esfuerzo, no por capacidad propia, sino con ayudita y connivencia de miembros del sistema universitario con poca ética profesional y ninguna moral. También es posible conseguirlas por encargo, o confeccionarlas a medida, si se es hábil manejando el procesador de textos y se piensa que "plagio" es solo uno de los grandes dramaturgos clásicos griegos.
En este país en los últimos tiempos y especialmente en el mundo de la política, quien no tiene una tesis es porque no quiere o es un titulado básico y ramplón. Y eso si que no. Para liderar un partido o estar en la primera línea mediática hay que engordar el frágil currículum aún a costa de exponerse a parecer un zoquete cuando se descubra que el nivel de titulación no se corresponde con el corcho que rellena los espacios vacíos del cerebro. Y es que con la formación regalada -y poco reglada- pasa como con el famoso aforismo: "es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente". 
La ignorancia y el desconocimiento, aún refrendadas por una frágil titulación, se notan. Lo que es incomprensible es la necesidad irracional de aparentar una educación y formación que ni el sistema ni los ciudadanos exigimos y aún encima hacer el ridículo para defender su origen y validez. Hemos tenido miembros del Gobierno sin titulación universitaria y seguro que hay muchos representantes públicos con estudios básicos, como los que tenían nuestros padres y abuelos. Ellos, si no podían sobresalir con talento, triunfaban con el esfuerzo. Sin tonterías.

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