Opinión

La politicategui displicente

El barómetro del CIS, como si de una popular bebida se tratara, también da alas. El del mes de abril a Ciudadanos, que supera al PSOE en intención de voto y le pisa los talones al PP. Es un motivo más para que Albert Rivera se sienta fuerte, sin necesidad de que se lo pida Rajoy. Por eso el líder naranja saca pecho y se atreve a retar al Partido Popular en el mismísimo hemiciclo, haciendo patente la retirada de su apoyo al Gobierno por su actitud de displicencia política, especialmente en el tema catalán y la aplicación del artículo 155.
"Hasta aquí hemos llegado", ha dicho Rivera. Y a su órdago el presidente le ha respondido llamándole "aprovechategui", acusándole de intentar sacar el mayor rédito político de su coyuntural posición reforzada. En el mismo contexto pudo haberle afeado la postura egoísta de un niño que se quiere comer todas las chuches, sin dejar apenas nada a los demás compañeros. Si quiere gobernar que se ponga a la "cola pesicola", donde están el Partido Socialista y Podemos.
Casi sin querer, Sánchez se ha sentido aludido y ofendido con la pérdida de la segunda posición política sobre el papel, y sobre todo con el desplome de su valoración como líder político con carácter general, que es además el peor valorado por sus propios votantes. "Efectiviwonder", el berrinche no ha sido pequeño y a cargado contra "aprovechateguis" y "amarrateguis" en lo que parece una alusión directa a Rivera y Rajoy, respectivamente. Se ve que le duele no estar tan "chachi piruli" o "dabunten" como estos dos. Podemos logra recortar distancias sobre el PSOE y se mantiene firme en cuarta posición, pero siempre dispuesto a dar la sorpresa en cualquier momento y dejar a todos "flipando por colores". Lo que daría Pablo Iglesias por decirle a Rajoy desde la tribuna del vencedor, "la cagaste Burt Lancaster".
"Ya ves truz", la política es cada vez más "politicategui" -sea lo que sea- y displicente, que en su acepción más académica significa que desplaza, desagrada y disgusta. Y por lo que se refiere a los políticos, como adjetivo les presenta como desdeñosos, descontentadizos, desabridos o de mal humor. Lo han clavao Rajoy y Rivera. Son unos "máquinas" estos dos.
 

Te puede interesar