Opinión

La emoción de Podemos

Aunque la sucesión continua de los escándalos de corrupción política nos pilla a los ciudadanos casi inmunizados por la costumbre, la verdad es que todavía hay quien tiene sangre en las venas, y le hierve.  Hay gente para todo, que sufre con la reflexión más allá del chascarrillo o de los memes del Whatsapp, que se vuelve loca y que, lejos de quedarse parada sin hacer nada, se atreve a arrojar una moción de censura a la resignación. 
Así es que Podemos se ha dejado llevar por la emoción al anunciar la presentación de la mayor herramienta política que los diputados tienen para exigir responsabilidad al Gobierno. Pablo Iglesias ya no puede llevar más arriba sus mangas y cumple con su deber moral y cívico de responder en una situación que su partido entiende de emergencia democrática. La puesta en escena de este anuncio me recordaba esta semana la tensión de una portada de comic de la Patrulla X, en la que el equipo de mutantes salía en tropel con convicción a luchar contra un enemigo correoso y de partida invencible.
El súper villano en este caso es el Partido Popular y el gobierno de Rajoy, a quienes el partido morado intenta expulsar de las instituciones, por creerles autores y cómplices de corrupción generalizada. Iglesias tiene a su alcance la presentación de la moción de censura -puesto que cuenta con la legitimación de sus 72 diputados- y hasta el valor generoso de presentarse como candidato alternativo a la presidencia de Gobierno, héroe solitario en una batalla para la que de antemano sabe que no tendrá apoyos, pero le mola. El PSOE es hoy un dragón de tres cabezas que se dan bocados entre sí, y Ciudadanos se ha posicionado cómodamente en el apoyo desahogado al Gobierno.
Impulsado por una emoción más grande que la razón, Podemos construirá -de todos modos- la casita de paja, pero tan lejos de la mayoría absoluta necesaria, que Rajoy no tendrá ni que soplar para derribarla. Eso sí, el líder podemita se garantiza focos y micrófonos durante todo el proceso, desde la foto de la presentación de la moción en el registro del Congreso hasta sus intervenciones en el Pleno, exponiendo su propuesta de programa político de gobierno. Seguro que Pablo será todo emoción, pura, pero lejos del éxito de su moción de censura.
 

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