Opinión

Casado pasado

El joven y reluciente líder del Partido Popular ya se ha pasado de vueltas. Es lo que suele ocurrir cuando alguien comienza un reto profesional importante e ilusionante, en el que quiere destacar: corre el riesgo de poner demasiada energía, que -como sabemos- no se crea ni se destruye, pero se puede transformar en problemas. En este caso, el empeño de Casado por derribar a Sánchez y destruir el Gobierno del PSOE, para el que aprovecha cualquier excusa, con o sin argumento, le está pasando factura.
En el último barómetro del CIS, el PSOE casi dobla al PP en intención de voto, que además se ve superado por Ciudadanos. Tampoco sale bien parado Pablo Casado en cuanto a la valoración de líderes políticos, puesto que se sitúa detrás de Sánchez y Rivera, y solo por delante de Iglesias. Estamos acostumbrados a que los políticos hablen sin parar, opinen de todo, nos sermoneen a la menor oportunidad. Generalmente llega un punto en el que desconectamos, si no lo hacemos ya desde el primer momento en que les vemos tomar impulso para abrir la boca, sobre todo si han demostrado por activa y por pasiva lo cansinos que son. A las trincheras.
Pues con Casado es aún peor. Su verbo es incontenible y no sirve normalmente para construir, sino para derruir todo lo que sea un obstáculo para recuperar el espacio de poder que considera arrebatado y legítimo de la derecha española. No mide muchas veces lo que dice y sus intervenciones en cualquier medio y lugar, en tono más o menos comedido, solo contribuyen a la crispación. De hecho, estos días hemos visto como el Presidente del Gobierno ha roto relaciones con él porque le ha llamado golpista. Sánchez ha sacado su lado digno y ha dejado en ridículo al líder popular, que se ha vuelto a pasar y no ha tenido la valentía de retirar dicha calificación de modo directo. Fíjense si mide mal sus planteamientos que hasta se ha atrevido a reprochar a Sánchez en sede parlamentaria la falta de originalidad de su tesis –un tema ya amortizado- cuando la polémica sobre sus titulaciones exprés sigue en la mente de todos, a pesar del archivo de la causa del caso Máster por el Supremo. 
Porque a lo mejor a la gente no le parece tan listo. Sobre todo si no sabe medirse ni contemporizar la situación política actual. No se trata de salir al octágono político del MMA (Mixed Martial Arts) y soltar a diestro y siniestro sin observar al rival y mantener la guardia, porque vas a cobrar seguro. Hace falta un poquito de cintura y de por favor, y tener en cuenta que no sabe hablar quien no sabe callar. Y esto último ya lo decía –mucho antes de Cristo- Pitágoras, que aunque se le conoce más como matemático, también era filósofo y algo de esto debía saber, sobre todo si tenemos en cuenta que seguramente por aquel entonces se habrá encontrado con algún que otro “líder enérgico” en el Foro.

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