Opinión

¿Inevitable?

Mariano Rajoy y Soraya Sainz de Santamaría convocaron ayer al Consejo de Seguridad Nacional para estudiar los riesgos de nuestro país ante la ofensiva del terrorismo yihadista en Francia. Porque el riesgo existe. Porque los últimos jóvenes detenidos hace unos días en la Cañada Real de Madrid no se dedicaban a la captación de voluntarios para el frente de Siria, estaban preparados para atentar de manera inmediata.
El ministerio del Interior ha constatado que la captación en la redes sociales es cada día más rápida. Un joven tardaba meses antes de que la propaganda del martirio y la lucha contra el infiel le sedujera, incluso para integrarse en las filas de ISIS. Ahora es cuestión de semanas. Los retornados están haciendo esa "eficaz" labor de convicción.
Un ejemplo es la joven andaluza a la que la Policía detuvo en Barajas, cubierta con un velo hasta los pies y a punto de embarcar para Siria, aceptando su destino de convertirse en esclava sexual de los combatientes. Su conversión al Islam y su apoyo al terrorismo había sido tan rápida que sus familiares no detectaron nada.
Y ese es el principal problema al que se enfrentan los servicios de seguridad y el CNI: un terrorismo sin estructuras, sin liderazgos, sin comandos, muy difícil de detectar. Por eso, los expertos dudan de que incrementar el nivel de alerta nacional, que en este momento está fijado en el grado tres, al cuatro, es decir, al máximo, sea eficaz.
Hace unos meses, un larvado conflicto diplomático entre el Gobierno francés y el de Marruecos, dejó a los servicios de inteligencia franceses "ciegos" en el área del Magreb. La buena relación de los ministerios del Interior de Madrid y Rabat fue utilizada por Francia para tender puentes en un tema que ayer se demostró en toda su tragedia.
Parece ser que un "retornado" de Siria confesó hace unas fechas a la Policía gala que se preparaba un atentado inminente y, aún así, no se pudo evitar.
La colaboración a nivel europeo con los países donde el yihadismo se ha infiltrado es la acción más eficaz para detectar a estos terroristas "dormidos", muchos de ellos nacidos en Europa, segunda o tercera generación de emigrantes y que no se sienten integrados socialmente. Pero no es el único perfil, lo que si les une es la ausencia de temor a morir en el intento.
Rajoy pretende reunir también a los firmantes del Pacto Antiyihadista, mientras el miedo recorre las cancillerías europeas. Además de las pobres víctimas de la barbarie sin sentido ocurrida la noche del viernes en París, los refugiados que huyen del conflicto en Siria e Irak van a ser también las víctimas colaterales de los mismos que están machacando sus países de origen. Solidaridad con todos.

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