Opinión

Autocomplaciencia

Vaya por delante que no hay riesgo cero frente al terrorismo islámico. Que el riesgo alto de que vuelva a cometerse un nuevo atentado existe y va para largo. Que posiblemente no se ha subido el nivel de alerta a cinco, el máximo, porque implica la participación del ejército en tareas de vigilancia y no está el clima político, con los independentistas a la espera de una provocación, para cometer errores. Pero tampoco podemos caer en la aucomplacencia. Dado el número de terroristas implicados, el nivel de preparación del magno atentado que tenían previsto, el explosivo almacenado en una casa "okupada" en Tarragona, la posibilidad a de que el iman de Ripoll sea uno de los muertos en la deflagración de las numerosas bombonas de butano que almacenaban, algo ha fallado en la investigación antiterrorista.
No era un lobo solitario, no eran tres jóvenes radicalizados en internet, era una célula que llevaba meses preparando un atentado con el que pensaban volar objetivos en la ciudad condal. ¿Qué ha fallado?. El CNI, el servicio de información de la Guardia Civil, y el resto de cuerpos policiales tienen que hacer una reflexión sobre la tragedia que ha segado la vida de catorce inocentes que podían haber sido muchos más sin la sangre fría de un Mosso que disparo contra los ocupantes del coche de Cambrils.
Cuando se produjeron los atentados de París hubo una crítica generalizada hacia la policía belga que tenía a los terroristas viviendo en el barrio de Molenbeek y, pese a las advertencias del gobierno turco, no investigó a los hermanos retornados de Siria, responsables de las matanzas.
Es verdad que desde el 11M los cuerpos y fuerzas de seguridad se han especializado en terrorismo islamista y que nuestro país era un ejemplo para el resto de Europa por la eficacia de sus servicios de información que permitían, a base de detenciones preventivas, cortar los adoctrinamientos tanto en internet como en las mezquitas. Sobre todo en Cataluña y Madrid raro ha sido el mes sin algún radical saliendo esposado tras un registro en su vivienda.
No se puede bajar la guardia ni disminuir la cooperación entre las distintas policías, sea cual sea el clima político de enfrentamiento como el que ha producido "él Proces". Cuando todavía no se habían identificado los cadáveres de las víctimas, ni había aparecido un niño desde la tarde funesta del jueves, no era necesario que él President Puigdemont, asegurara que el referéndum sigue adelante. No era el momento, ni era necesario.
La sociedad catalana, una vez más, dio un ejemplo de coraje y entereza al concentrarse para gritar que no tiene miedo y aplaudir a todos los allí presentes que habían acudido, desde el Rey a Rajoy, para mostrar solidaridad.
Porque los catalanes deben saber que todos nos sentimos concernidos por su dolor y que ahora, más que nunca, todos somos catalanes.

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