Opinión

Ahorro

La flema británica me fascina. 1940; la Luftwaffe bombardeaba objetivos británicos, no solamente militares, sino también civiles. El club de golf de Richmond (Londres) fue dañado por una de esas incursiones y, a tal efecto, decidió publicar siete reglas temporales, a cada cual, más deslumbrante…  “1.- Se ruega a los jugadores que recojan las bombas y los trozos de metralla para evitar que causen daños en las segadoras de césped (...) 5.- Una bola desplazada por la acción enemiga puede ser sustituida, y si se pierde o resulta destruida puede ser dropada, sin que sea objeto de penalización (…) 7.- Un jugador cuyo golpe se vea afectado por la simultánea explosión de una bomba puede jugar otra bola desde el mismo sitio, con una penalización de un golpe.”
Pero los españoles somos más expeditivos. Reservamos el small talk para cuando nuestro futuro o integridad no corran grave peligro. Por ello, la cuestión de la quiebra del sistema de pensiones, tal como está diseñado, debiera ser tema de debate reiterativo, cotidiano. Sin embargo, nuestros gobernantes no quieren ni mentar la bicha y no van a hacer absolutamente nada para adaptar el sistema a la nueva realidad económica y social, más que mantener un interesado código de silencio sobre el sistema que está condenado a convertirse en algo meramente asistencial, siempre a la baja.
¿Qué podríamos hacer los “obligados tributarios” ante este desolador panorama? Sin el ánimo de ser pretencioso, creo que lo primero que debemos de hacer es desconfiar de quienes encomiendan a la quimera de un absurdo milagro económico o demográfico el bienestar de la jubilación de millones de personas. En segundo lugar y en la medida de que las posibilidades lo permitan, ahorrar, o lo que es lo mismo, restringir el consumo, satisfacer necesidades futuras en lugar de las inmediatas. 
¿Y qué forma de ahorro sería la ideal? El depósito en una cuenta bancaria es la más conservadora de las opciones, aunque esta alternativa ponga en grave riesgo el poder adquisitivo de sus ahorros, dado que su mínima rentabilidad será devorada por la inflación. ¿Son entonces buena opción los planes privados de pensiones? Tiene el falso atractivo de desgravación fiscal (que no es más que diferir la carga impositiva al momento del rescate) y una ridícula rentabilidad, sólo atractiva para el que cobra las comisiones de su gestión. Habría que pensar probablemente en carteras de activos diversificadas y bien gestionadas (inmobiliario, renta variable,…); pero no hay que perder la vista los fondos de inversión pasivos, esto es, aquellos  que replican el índice de referencia de un mercado bursátil. Un fondo de gestión pasiva sobre la bolsa española podría ser uno que replique lo que suceda por ejemplo en el IBEX35 (rentabilidad neta del 3,45% en los últimos quince años) o en el S&P500 (6,46%). Pregunten en su banco, aunque en la mayoría de los casos no querrán comercializárselos.

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