Opinión

PP-PSOE: ¡A trabajar!

Once días después de que los españoles acudiésemos a las urnas por segunda vez en medio año, la formación del nuevo Gobierno se presume algo lejana. No solo porque Rajoy sigue tomándose las cosas con su habitual cachaza, convencido como está de que pese a las dificultades a las que tiene que enfrentarse, al final el PSOE se abstendrá, imponiéndose así su visión de Estado, lo que permitirá al PP seguir gobernando por no se sabe cuanto tiempo, pero gobernando que es su objetivo prioritario. No solo porque los resultados hayan sido menos malos de lo que preveían las encuestas, sino porque cuando todos le daban a Rajoy por amortizado, él sigue ahí, pellizcándose cada mañana al levantarse, convencido como esta de su buena suerte.
Quiero pensar que cada uno de los lideres políticos con los que se entrevistara Rajoy tienen su propia visión de la situación del país, que en la mayoría de los casos difiere mucho de la que tiene el actual presidente del gobierno en funciones, para quién España ya ha salido de la crisis, gracias a sus políticas neoliberales, que no está dispuesto a cambiar, al menos mientras no se vea obligado a hacerlo por imperativo de los pactos.
Y mientras esto ocurre en Moncloa, en Ferraz el líder del PSOE pasa revista a sus barones con el fin de pulsar la opinión de estos sobre la decisión que debe adoptar de cara a la investidura de Rajoy. Una decisión difícil, debido a la división interna provocada por algunas decisiones tomadas por su Secretario General. La más polémica la de postularse a futuro presidente del Gobierno. Una decisión que le obligó a pedir el voto a Podemos, a sabiendas de que tanto la "lideresa del Sur", como Felipe González, entre otros, se habían mostrado contrarios a una alianza que consideran muy perjudicial para el futuro de los socialistas.
Y sin embargo son muchas las voces que abogan por que gobierne Rajoy aunque sea en minoría, dejando la puerta abierta a posibles pactos sobre los temas más conflictivos, tanto con el PSOE como con Cs, Coalición Canaria o PNV. Más difícil será pactar con Convergencia o con ERC, pero ahí es donde los socialistas pueden ejercer de árbitros si las relaciones de los nacionalistas y el futuro gobierno se enrocan.
Es difícil pensar que no hay puntos de encuentro entre los dos partidos mayoritarios, que todos los puentes están tan deteriorados que resulta imposible sentarles en una mesa para que discutan hasta el agotamiento si es necesario con el fin de evitar unas nuevas elecciones, pero sobre todo para evitar que ninguno de ellos salga con la sensación de que salir humillado, entre otras razones porque las mayorías absolutas se han terminado y vamos a necesitar de la colaboración de todos para sacar adelante este país, si como dicen algunos expertos se avecina una nueva crisis. Así pues no le demos más vueltas y señores del PP-PSOE, pónganse a trabajar.

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