Opinión

Vergüenzas

Es posible pensar que Tania Sánchez haya querido echarle una mano, al cuello, a la pareja Iglesias/Montero comiéndose una humilde manzana en el Hemiciclo, durante el debate de los Presupuestos Generales del Estado, para demostrar que los diputados de Podemos siguen siendo parte de la gente y no de la casta del chalet caro. Las crónicas dicen que también se ha viso un tupper en algún escaño aunque no al propietario comiéndose su contenido. Bien que el curul, que dirían los mexicanos, no es el lugar para calmar el hambre, aunque a nadie le extraña  que muchos trabajadores coman en su puesto de trabajo, por ahorrar o porque la carga de trabajo no le deja ir a la cantina. Claro que a lo mejor es dejarles comerse el piscolabis en el escaño que contemplar el espectáculo de sus carreras para irse a comer. ¡Qué vergüenza!, exclamó la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Y eso que se debatía la ley más importante del año. 

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