Opinión

Sin plan

Gestos, gestos, gestos, pero en algún momento habrá que pasar de las musas al teatro. Pedro Sánchez ya ha comenzado a hacerlo, con el proyecto de ley de eutanasia y la reunión con el lehendakari Íñigo Urkullu de la que salió la posibilidad de acercar a presos de ETA, algo previsto ya en el pacto de Ajuria Enea de 1989 si ETA desaparecía, como es el caso. El que sigue con la política de gestos es el presidente del Govern catalán, Quim Torras, del que todavía no se conoce ni una sola iniciativa que suponga poner en marcha la república catalana votada el 1-O y certificada a lo largo del mes de octubre, y que acabó con la intervención de la Generalitat. El desconcierto es tal que ni el Ejecutivo catalán tiene hoja de ruta para llevarla a cabo, que lo que dice Torra lo desmiente su portavoz, que los anuncios de dar continuidad a la República no pasa de las declaraciones y de los ataques en contra del rey Felipe VI. La Generalitat no tiene un plan, y se nota. 

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