Opinión

Santa Compaña

En estos días acaba de revivirse una de las leyendas tradicionales ligadas al recuerdo de los muertos, los paseos de la Santa Compaña en el que un grupo de las ánimas salen de su encierro encabezadas por un vivo avisando de una futura defunción. La última aparición de almas en pena es la que ha tenido lugar ayer entre la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo de los miembros del Govern y del Parlament, cadáveres políticos que llevaban cara de funeral, la misma que no se les ha quitado desde que declararon su gozosa independencia. El único vivo del desfile puede ser el exconseller de Empresa, Santi Vila, pretendiente a la candidatura del PDeCAT y el próximo fallecido –político-  que se anuncia- es Carles Puigdemont, huido en Bélgica pero al que alcanzará la Parca política y que saldrá en la próxima procesión . 

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