Opinión

Rehenes

Los turistas, viajeros o personas del común que se trasladan en las fechas clave del verano son carne de cañón de distintos grupos de trabajadores que los utilizan en sus huelgas como moneda de cambio para conseguir sus reivindicaciones. Sin embargo, en el aeropuerto de El Prat, donde se forman largas colas de pasajeros en los controles previos al embarque, se ha  producido un cambio sustancial en cuanto a quienes son los protagonistas del secuestro. Lo habitual por estas fechas era que los pilotos de líneas aéreas, controladores aéreos o maquinistas de Renfe, mediante sus sindicatos corporativos, la liaran parda. En este caso son los sindicatos de clase los que han movilizado a unos trabajadores, bastante peor pagados para conseguir mejores condiciones laborales. A nadie le gusta ser rehén cuando se dispone a disfrutar de sus vacaciones.  Pero unos trabajadores tienen más razones que otros.  

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