Opinión

La redada

No se trataba de una partida clandestina de póquer en un tugurio en la que se movían miles de euros sino de algo más inocente, siempre que no caigas en un grupo de abuelas, hábiles en desplumar unos pocos céntimos de euros. Era una partida de parchís, eso sí jugada a una hora un poco intempestiva, las once de la noche, porque es un juego que se asocia a las tardes de domingo de mesa camilla. La policía local de Málaga ha multado a ochos jóvenes de entre 20 y 30 años que se encontraban en una plaza dándole al cubilete y ¡no hacían botellón!, sino que bebían agua mineral y refrescos. ¡Pero si en vez de una multa habría que darles un empleo municipal de monitores de tiempo libre!  

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