Opinión

No es para tanto

La llegada de alcaldes de Podemos & co, a los ayuntamientos no ha tenido una gran incidencia en las celebraciones de Semana Santa. En la mayoría de los casos nada ha cambiado y donde lo ha hecho ha sido sobre todo a nivel económico porque los recursos se han destinado a otras cosas. Los mayores problemas para quien quiere verlos es por cuestiones de representación: si el alcalde va o no va a los actos litúrgicos, como si no pudieran hacer uso de su libertad de conciencia de la misma manera que los concejales de otros partidos acuden a procesionar sin dejar por eso de ostentar su cargo público. Incluso hay alcaldes ‘populistas’ que trabajan encantados para que sus procesiones alcancen rango de interés turístico internacional y beneficiar a sus vecinos. Y la fe, cada uno con la suya.   

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