Las nuevas formas de relacionarse para encontrar el amor o vivirlo en cualquiera de las múltiples combinaciones posibles cambian con la sociedad aunque al final suele volverse a lo de toda la vida, porque en una pareja todo lo que sea más de dos es multitud. En estos asuntos la modernidad siempre convive con la tradición, que por eso mismo, suele ser lo más frecuente. A pesar de que hay nuevos medios cibernéticos para establecer contactos, hay quien sigue prefiriendo los procedimientos habituales aunque alguno de ellos se salga de lo común. Y nada más romántico, que el mensaje en una botella. Claro que si se lanzan 2.000 al mar como un escocés que busca el amor se corre el riesgo de incurrir en un delito ecológico. Algún receptor del mensaje ya le ha dicho que busque maneras más limpias. Lo políticamente correcto no deja pasar ni una.
