Dos de los atributos que constituyen la esencia de la Universidad son la universalidad de las ideas y la libertad de cátedra reconocida y protegida por el artículo 20 de la Constitución española y que no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa. Y ambos conceptos suelen olvidarse con frecuencia por los universitarios que impiden la realización de actos académicos que entienden como una provocación. Ninguna universidad y en ninguna época ha estado libre de este tipo de protestas con la acusación de fascistas a quien pretende expresarse, aunque sean demócratas de toda la vida, socialistas o liberales. El último episodio ha sido en la Universidad de Barcelona protagonizado por estudiantes de la CUP en un homenaje a Cervantes -¿no había dicho algún ‘experto’ independentista que era catalán?- organizado por Sociedad Civil Catalana. Normalmente los protestantes suelen salirse con la suya en detrimento de la libertad y la universalidad.
