Las estrategias no solo tiene importancia en la acción política, sino que también la cobran en las actuaciones judiciales. La decisión del juez del Tribunal Supremo, Carlos LLerena, de anular la euroorden de busca y captura del expresidente catalán, deja a Carles Puigdemont descubierto de una manta que podía limitar su enjuiciamiento en España por rebelión y sedición y revestirlo con el ropaje del exilio. Ahora se enfrenta a un dilema, seguir en Bélgica o donde quiera, como un turista vulgar, o volver a España donde le espera una comparecencia ante el juez. Aunque nada cambia en su situación procesal, las perspectivas políticas de quien es candidato de JxC si cambian radicalmente, porque si se queda tendrá que dar muchas explicaciones. En cualquier caso a Puigdemont tiene ahora la pelota en su tejado y le toca mover ficha e inventarse algún gambito, proue la perspectiva de la cárcel no le gusta nada.
