Se cuenta que sacaba la información grabada en el CD Telephone de Lady Gaga, toda una ironía, y luego se la pasó a Julian Assange para que la publicara en la web de filtraciones Wikileaks. En una pirueta del destino Chelsea Manning, antes Bradley, saldrá de prisión antes que quien publicó los secretos, encerrado en la embajada de Ecuador en Londres.
Nunca estaremos lo bastante agradecidos a Chelesa/Bradley por develar esos secretos que han permitido saber más de las guerras de Irak y Afganistán y de cómo se las gasta el Departamento de Estado y de cómo funciona el Gran Hermano estadounidense, en forma de 700.000 documentos que tras una primera tanda publicada por prestigiosos periódicos dejo de hacerse. ¿Por qué sería? En fin, seguimos igual de vigilados y de ignorantes, pero desde Manning –y luego con Snowden- al menos tenemos la certeza de que lo estamos. Gracias.
