Opinión

Desatinos

Cuando dentro de unos años, no muchos, Pablo Iglesias, se vea obligado a dejar el cargo actual por aquello de no perpetuarse y aplicar la limitación de mandatos y eche la vista atrás, si tiene algo de memoria reconocerá que tuvo, por ahora, dos grandes errores. El primero la famosa rueda de prensa en la que se invistió de vicepresidente heredero del vicepoder omnímodo del que disfruta Soraya Sáenz de Santamaría, ni más ni menos, pero reclamado con un punto de soberbia que le hizo petulante. El segundo error imperdonable, por el momento, porque es capaz de cometer más, es el plebiscito sobre la adquisición de su casa que ha fracturado su organización. Una decisión tomada con las tripas y no con la cabeza y de resultado incierto. Sus adversarios no van a olvidar ninguno de ambos desatinos y a la menor oportunidad se los van a recordar, sobre todo el del chalé, y así puede seguir de desatino en desatino hasta la derrota final.

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