Opinión

LA VISITA DEL PAPA

Llega Benedicto XVI a un país constitucionalmente laico pero con profundas raíces católicas.

Llega a un país con un gobierno que ha dado pasos importantes que van contra la doctrina del Vaticano, un gobierno que ha tenido varios enfrentamientos con la Conferencia Episcopal, que incluso ha apoyado presencialmente manifestaciones en contra de decisiones que afectaban al ideario y a la familia católica. Viene el Papa a Santiago de Compostela y Barcelona, a participar en el Xacobeo en sus semanas últimas y a inaugurar la Sagrada Familia, la obra inacabada de Gaudí.

Llega a España un Papa que conoce muy bien la realidad española porque ha viajado con frecuencia a nuestro país como cardenal Ratzinger, uno de los más relevantes intelectuales europeos antes de convertirse en Benedicto XVI, y que precisamente por conocer bien la realidad española va a tener un gesto muy especial hacia dos de las comunidades históricas: pronunciará parte de su discurso en catalán cuando se encuentre en Barcelona, y en gallego cuando visite Santiago.

El protocolo se ha preparado con el máximo cuidado, los Reyes le darán la bienvenida en Barcelona, donde se encontrará también el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y los Príncipes de Asturias lo harán en Santiago, donde estará el titular del Ministerio de Fomento, el lucense José Blanco, que además de gallego es el único ministro del actual gabinete de Zapatero que se declara católico.

Lo ha dicho el Vaticano y lo repite el embajador ante la Santa Sede, el coruñés Francisco Vázquez desde que se confirmó el viaje del Papa: se trata de una visita apostólica, no política como la reciente al Reino Unido. Sin embargo, a pesar de que se trata de una visita apostólica, han aparecido voces de políticos agnósticos y ateos que se han pronunciado en contra de Benedicto XVI –ay, los “progres” de pacotilla, que sin embargo callan ante los dictadores comunistas-, y en Barcelona una treintena de personalidades que se confiesan católicas han hecho público un manifiesto en el que expresan su satisfacción por la visita del Papa a la comunidad autónoma de Cataluña y han aprovechado la ocasión para meter una cuña nacionalista recogiendo en el texto, publicado en la prensa italiana que Cataluña tiene “conciencia de nación”.

No pierden ocasión de sacar a la palestra el Estatut incluso ante un hecho tan ajeno a la polémica como es una visita del Papa. Lo que deben saber perfectamente esas personalidades que, además de contar con una espléndida formación intelectual, como católicos conocen perfectamente cuál es el papel del Papa, en qué cuestiones interviene y cuáles son completamente ajenas al Vaticano.

Pastoral. No política. Pastoral. Visita que tiene como principal objetivo señalar el camino a los católicos, reconfortarlos e insistir en las señas de identidad del catolicismo. Pastoral. Aunque algunos se empeñen, como se están empeñando, en dar la nota.

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