Opinión

UN PROBLEMÓN

Andan los partidos muy revueltos, la elaboración y concreción de listas conduce siempre a estas cosas y encima el Psoe se ha metido en una dinámica de primarias que son un revulsivo. Ofrecen una imagen de libertad interna, sin duda, pero son un revulsivo.

En Madrid las primarias han deparado sorpresas en el equipo de Tomás Gómez, aunque no en el de Trinidad Jiménez. Sólo ella y su gente sabían de qué manera andaban buscando avales, casi de uno en uno, mientras Tomás Gómez dedicaba más tiempo a hacerse una imagen de líder, que no había logrado en sus tres años al frente de secretaría general y que sin embargo tenía al alcance de la mano al retar a Zapatero y negarse a dejar libre el sitio a su ministra de Sanidad. En Madrid, Gómez cuestiona los avales que ha conseguido Jiménez en Móstoles, pero en general uno y otro aceptan el juego de primarias y están dispuestos a jugarse todo el día 3 cuando voten en secreto los militantes. Valencia en cambio es otra cosa y aún no se ha escrito el último capítulo: Toni Asunción ha anunciado recurso a la anulación de una serie de papeletas, ya que los sobres no se abrieron en presencia de nadie de su candidatura y la sombra de la irregularidad se cierne sobre los que se empeñaron en hacer el recuento sin realizarlo ante los testigos obligados.

Valencia se ha atragantado al PSOE como antes se había atragantado al PP con el asunto Camps, aún sin resolver. Pero en los últimos tiempos en Ferraz han empezado a comprender que tienen problemas serios en esa región donde sus dirigentes sólo se han movido con el afán de hacer una oposición dura y contundente contra el presidente de la Generalitat. Eso ha dejado en segundo plano algo fundamental: hacer partido. Y ahora el PSOE se encuentra con que Alarte no despega, Asunción quiere batirse con él, Carmen Alborch no quiere repetir candidatura, el portavoz Juan Luna se ve envuelto en una polémica desagradable por su relación con un empresario vinculado al caso Brugal y encima se anuncian estos días las decisiones tomadas respecto a la candidatura de Benidorm.

El asunto Benidorm no hay por dónde cogerlo. Los socialistas se hicieron con la alcaldía rompiendo un compromiso político y dejando de lado la ética y la estética al pactar con un tránsfuga –figura innoble en el mundo de la política-, y ahora presentan al alcalde, declarado tránsfuga por el PSOE, como candidato con el apoyo de los que supuestamente se habían dado de baja en el partido. Leire Pajín, secretaria de Organización e hija de quienes diseñaron la operación, se deja muchas plumas en esta historia que enturbia su carrera política. Y por otra parte algo tendría que decir, como secretaria de Organización del PSOE y como valenciana, sobre la forma en que se ha hecho el recuento en las primarias. Que es posible que Alarte las haya ganado limpiamente, pero desde luego no se ha hecho el recuento como manda la ley y como manda el decoro: en presencia de los candidatos.

Valencia. Un problemón.

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