Opinión

El corralito español

 
 Se equivoca el gobierno del PP en su estrategia de alertar contra Podemos abriendo la posibilidad de que, si gobierna Pablo Iglesias, se podría producir un corralito en España. Se equivoca en primer lugar porque nunca se debe colocar al adversario en el pódium del vencedor, incluso el boxeador al borde del KO sigue diciendo que se va a comer al otro en cuanto su preparador le quita el protector de la boca al finalizar un asalto. Por otra parte nunca España se verá en la misma situación que Grecia, y es algo que hay que poner en el “haber” de Rajoy. Ni ha sufrido un rescate, ni ha incumplido sus compromisos de pago, ni su sistema financiero depende ya del BCE tras la profunda reestructuración realizada, ni ni ni… Que Pablo Iglesias saque pecho porque Tsipras ha ganado el referéndum por goleada es algo que atañe exclusivamente al triunfalismo del dirigente de Podemos, que se presenta como socio de Syriza cuando Syriza se apunta un tanto, mientras que en los días previos al referéndum, cuando los sondeos no veían tan claro el “no”, Iglesias se mostraba más cauto a la hora de identificarse con un Tsipras que podía llevar a Grecia al borde del abismo o al mismo abismo. Hoy se felicita por el éxito del “Oxi”, pero no se ha escrito aún el último capítulo de la aventura griega, y más le valdría a Podemos ser más prudente, a la espera de lo que decida este martes la reunión de jefes de gobierno del Eurogrupo. Porque, aunque Tsipras y Pablo Iglesias se muestren exultantes, todo apunta a que los griegos lo van a pasar condenadamente mal con este gobierno de Syriza. Los hasta ahora socios europeos han sido claros: ayuda sí para salir del hoyo, pero a condición de que Grecia firme el papel que le pongan por delante. Que será muy similar al presentado hace unos días: tres tramos de IVA, incremento del impuesto de sociedades, privatizaciones de puertos y aeropuertos, reforma profunda del sistema de pensiones y más recortes en Defensa, entre otras exigencias. Además del cumplimiento de los compromisos, por supuesto, entre ellos el pago al FMI que tenía que haberse hecho hace una semana, así como el que se debe realizar el próximo día 20. De momento continúa el corralito, los bancos griegos se encuentran sin liquidez, y si no se produce una inyección inmediata de dinero por parte del BCE la mayoría de los griegos no dispondrán de dinero ni para comer ni los pensionistas para cobrar sus pensiones. ¿El dracma? No será una solución que contente a todos. Cobrarán lo que hoy no pueden cobrar, pero la mayor parte de los griegos no podrán pagar nada que proceda de fuera del país. Por no hablar de cómo afectaría a las inversiones. Podemos e Izquierda Unida demostrarían más inteligencia si no cantaran victoria.

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