Opinión

Dos siglos por la ventana

La actitud de los independentistas en el tema de la aprobación de los Presupuestos generales del Estado choca contra toda la lógica de la doctrina secular del constitucionalismo desde hace dos siglos. Y hay que tener en cuenta que el constitucionalismo es el basamento y la garantía de los Estados democrátricos. Yo ya hice muchos esfuerzos por entender esa actitud, pero tengo que confesar que sin resultados positivos. Y no digamos nada sobre las presiones de los indepes para que el Gobierno y la Fiscalía del Estado se inmiscuyan en la acción del Poder Judicial para conseguir la absolución y/o la liberación de los dirigentes encarcelados o exiliados. Si lo piensan dos minutos, inevitablemente tienen que caer en la cuenta de que eso es un disparate inconmensurable. Tal cosa supondría cargarse el Estado de Derecho y, por lo tanto, el régimen democrático.
Me parece excesivo tener que recordar algo tan elemental como la historia y contenido del Estado de Derecho desde hace más de dos siglos. La actitud independentista entraña una total negación de esa realidad y esa doctrina seculares, y uno no sabe dónde meterse ante la necesidad de dar una respuesta a los de Puigdemont, a sabiendas de que no son una partida de estúpidos o de ignorantes, ni muchísimo menos. Ellos saben muy bien que no pueden presionar ni exigir al Estado en el camino de esas reivindicaciones. Me pregunto por qué lo hacen si saben perfectamente que están pidiendo un imposible.
Y mezclar ese tema con la aprobación de los Presupuestos enviados por el Gobierno a Bruselas es comportarse al margen de toda lógica. Esto hay que decirlo sea cual sea el pensamiento de cada uno en el tema del independentismo, que es una doctrina defendible siempre que se haga desde los planteamientos y la lógica de la democracia, del sistema constitucional y del respeto a la estructura y los principios de los Estados acogidos a la libertad política y a sus expresiones democráticas. Reitero que siento vergúenza de tener que escribir estas cosas, pero lo hago forzado por las circunstancias que estamos viviendo en este país. Y más a raiz de la puesta en marcha del proceso de aprobación de unos Presupuestos, aprobación que debiera regirse por criterios de lógica, de sentido común y de respeto a todo lo respetable.
Pero es que la actitud de la derecha española al respecto no mejora a la de los indepes. Uno ve a Casado y Rivera, y sus adláteres, y se resiste a creer que lo que hacen y dicen lo hagan y lo digan después de haber pensado en serio sobre todo ello. 
Da la impresión de que no saben lo que dicen y que solamente se guían por sus intereses político-personales. En estado de percepción y de normalidad política, no harían ni dirían tales cosas. Solo les haría falta medir las consecuencias de su comportamiento, al menos imaginando lo que podría suceder si colaboran en la conducta intransigente de los independentistas. Yo les recomiendo que reflexionen con serenidad. Y que dejen de descalificar a un Gobierno y un Presidente que han llegado ahí por una una moción de censura ganada democráticamente a quienes se habían hartado de violar todas las leyes relacionadas con la corrupción. Y yo no veo que Sánchez y sus ministros se pasen los días descalificando así a sus adversarios del PP, pese a que seguramente se lo merecerían mucho más que al revés.

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