Opinión

Seny

Afortunadamente no todo está perdido, pues los españoles, en general, seguimos teniendo algo absolutamente imprescindible para la vida, que nos distingue de buena parte de la humanidad, el sentido del humor. El hecho de que “8 apellidos vascos” se haya convertido en la película mas taquillera de la historia en España, da buena prueba de ello. La hija del guardián de las esencias vascas acaba casándose con un sevillano típico y tópico, él liándose con una españolaza viuda de un guardia civil y finalmente todos felices integrándose y pasando de estúpidas intolerancias.
Si al contenido de la película le añadimos que el apellido mas común en España, con diferencia, es García, mayoritario en casi todas las provincias, y si a ello le sumamos que en la provincia de Barcelona los más comunes por orden son: García, López, Pérez, Martínez y González, mientras que en la de Vizcaya, solo cambiamos el orden de González por Martínez, el asunto daría para otra película de similares características, mayores cachondeos y garantizado éxito.
Uno, que guarda datos sobre sus antepasados recientes, al menos hasta sus 8 bisabuelos, con algún tatarabuelo pero no todos, supone la seguridad de 16 apellidos, catalanes todos (Font, Rosell, Mariol, Mariné, Riera, Brunet, Font, Clergas, Ros, Colomines, Casasayas, Soler, Puig, Lacoma, Soler, Grau…) por orden alterno de padre y madre. ¿Qué supone todo ello en mi caso?, pues sencillamente que genéticamente debo ser bastante catalán y por lo tanto muy español, de lo que me siento muy orgulloso y afortunado, por ser España, mi país, un lugar extraordinario. Por ello también me siento europeo y sobre todo vocacionalmente ciudadano del mundo, donde hay hijos de puta, algunos muy cercanos, pero también gente extraordinaria y lugares entrañables.
Como catalán quiero a Cataluña, hablo su idioma que no he perdido desde pequeño, admiro muchas de sus características, de sus cualidades, de su tierra, de su gente y de su cultura, pero en Galicia hay mejores playas, en Asturias, mejores montes, en Cantabria mejores paisajes, en el País vasco mejor gastronomía, en Andalucía mayor alegría, en Murcia mejores tomates, etc. No podemos estar siempre mirándonos el ombligo y pensar siempre que somos los mejores por ser distintos. Todos somos distintos, mejores en algunas cosas y peores en otras, pero no por ello hemos de menospreciar a nadie, ni sentirnos con mas derechos por creernos mejores.
El fascismo se basa principalmente en un nacionalismo exacerbado, en un predominio de raza, en una magnificación de la historia particular, en considerarse un pueblo elegido, lo que siempre lleva a la dominación de unos sobre otros, al predominio de prerrogativas y la negación subsiguiente de derechos al resto, a la eliminación de la identidad que no sea la propia, o al menos de aquella o aquellas en quien mas se centren las pretendidas diferencias. 
Es muy fácil menospreciar a otros valorando únicamente sus defectos, exagerándolos, elevándolos a la categoría de tópico descriptivo del personaje o de un pueblo, para llegar a odiarlos, sobre todo si no se tiene la integridad de querer conocerlo y valorarlo objetivamente. Ello le ocurre a muchos catalanes y vascos cuando juzgan a los demás, pero también le ocurre al resto de España cuando les juzga a ellos, y esa escalada de incomprensión y menosprecio tiene su origen, no en las diferencias, sino en el carácter canalla de unos políticos que quieren hacer de ello su trampolín, para elevarse personalmente a la categoría de cabeza de ratón, aun a pesar de sacrificar con ello el buen hacer de su pueblo, algo que da buena cuenta de lo miserables y de la pobreza de espíritu de unos mamarrachos que, en una constante histórica, se dedican a tocar la fibra sensible de los pueblos, su amor a lo propio enfrentándolo con lo ajeno y tratando de sacar provecho de ello.
Desde mis, al menos, 16 apellidos catalanes, y por tanto con unos genes desgraciadamente muy limitados al terruño propio, muy por encima en ese sentido que la práctica totalidad de los políticos que configuran el Parlament de Catalunya, el Gobern y que el propio President de la Generalitat, quienes se consideran a si mismos la esencia de una raza, les digo a todos ellos que son unos canallas, que están utilizando a Cataluña en beneficio propio, haciendo del pueblo catalán lo que ya hizo Hitler (un austriaco) con los alemanes, llevándolos a la intolerancia, engañándolos y enfrentándolos al resto del país al que siempre han pertenecido, con quien lo han compartido todo, su mejor cliente, quien les ha admirado y ahora le obligan a odiarles, que están llevando a mi gente a la ruina y que están arrastrando a todo un pueblo a un locura sin futuro, a un suicidio estúpido. Pero, ¿a dónde se creen que van en pleno siglo XXI, enfrentándose con España, fuera de la UE, del euro, de la OTAN, con un Barça que no podrá competir en liga alguna (inmenso argumento), endeudados hasta las orejas, con una moneda (la pela) que no cotizará nadie en el mundo, un idioma de andar por casa, con el ejercito de Gila, etc., etc.
“SENY”, si us plau, que somos catalanes.

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