Opinión

El ejemplo: Bilbao

Si un ayuntamiento en España ha funcionado de maravilla, ha sido un ejemplo para todos en los últimos 25 años, y ha demostrado que con sentido común, con honradez, con cooperación y coordinadamente, trabajando en equipo y que con gestión todo es posible, ese es Bilbao.
Hace 30 años, el colapso de la industria siderúrgica y naval, dejo a Bilbao una dura herencia de desempleo, empobrecimiento y ruina industrial, agravada por la riada de 1983, la peor del siglo, que hacían de la ciudad un ejemplo de inhóspita y oscura urbe, al borde de un río infectado, convertido en una cloaca irrespirable, a quien sus ciudadanos daban la espalda, avergonzados de la ruina en que se iba convirtiendo su ciudad.
En 1991, llega al la alcaldía de Bilbao, Josu Ortuondo, un político del PNV que empieza a plantearse seriamente la recuperación de la ciudad, pero es su sucesor, Iñaki Azcuna, quien desde 1999 hasta hace escasamente unos meses en que fallece, ayudado por su mano derecha, Ibon Areso,  quienes encarrilan definitivamente su transformación.
Iñaki Azcuna, médico de profesión, galardonado en 2013 por la City Major Fundation como el mejor alcalde del mundo (se trata de Bilbao), era un personaje sin sectarismos, poseedor de una gran cultura, en buena sintonía con todo el mundo, que sabía distinguir perfectamente las voces de los ecos y la categoría de la anécdota. Trabajó durante 25 años de la mano de Ibon Areso Mendizabal, arquitecto y actual alcalde, consiguiendo gobernar en un principio en coalición con otros partidos, pero acrecentando mayorías con los años hasta la actual mayoría absoluta, lo que han conseguido tras dejar el ayuntamiento sin deuda alguna, donde cualquier proveedor cobra antes de los 20 días de facilitar sus productos o servicios, y todo ello tras conseguir que desde 2008, Bilbao sea considerado por “Transparencia Internacional”, el ayuntamiento mas transparente de España en materia de comunicación institucional, relaciones ciudadanas, contratación de servicios, obras públicas y economía. 
En estos años han conseguido mas de 100 galardones internacionales, de entre los que destacar el obtenido en 2010, el premio “Lee Kuan Yew Wold City Prize”, considerado el Nobel de las ciudades, en reconocimiento a la capacidad de liderazgo del ayuntamiento de Bilbao para aunar las distintas visiones y objetivos estratégicos de las instituciones y organismos públicos y privados implicados en el proceso de transformación de la villa, a través de la sociedad interinstitucional Bilbao Ría 2000. En 2013 el premio europeo a la accesibilidad, en 2012 el premio de las Naciones Unidas a la tolerancia cero ante la violencia contra las mujeres, el premio europeo del sector público “gestión política basada en el rigor económico y en presupuestos estratégicos”, el prestigioso premio “ciudad, urbanismo y ecología”, el primer premio de la bienal de Venecia de la ciudad frente al agua, etc. Al tiempo, crearon distintas empresas municipales de enorme éxito, ejemplares en la gestión, como son: la empresa municipal de rehabilitación urbanística (Surbisa), la sociedad de vivienda municipal, y la empresa municipal para la promoción económica de la ciudad (Bilbao Ekintza), entre otras.
Entre los logros que han conseguido cambiar radicalmente la ciudad, cabe destacar, en primer lugar, la recuperación absoluta de la ría, una empresa titánica finalmente hecha realidad, el metro, el tranvía, el Guggenheim, el Palacio Euskalduna, las nuevas áreas de Ripa, Orbitarte y Abandoibarra, la renovación integral de las áreas urbanas de Ametzola y Bilbao la Vieja, el desarrollo de Miribilla, las torres de Isozaki, la recuperación del Teatro Campos y de la Alhondiga, así como los nuevos accesos viarios de Basurto-San Mamés, etc.
Un par de anécdotas vividas en primera persona, ilustran claramente sus actuaciones. Hace unos años conseguí traer a Vigo al arquitecto jefe de la recuperación de “Bilbao la Vieja”, para ilustrarnos sobre sus actuaciones (sobra decir que nadie de nuestro ayuntamiento se interesó en ello, aunque fuesen convocados). Nos explicaba que ante el objetivo de recuperación marcado, no esperaban a que particular alguno solicitase una licencia, sino que iban directamente a ofrecerla, facilitando todo tipo de ayudas, tanto técnicas como económicas, y otorgando las licencias de obra en un par de semanas. Por otra parte, para erradicar la complicada prostitución de edad avanzada que allí existía, ofrecieron a todas las prostitutas un sueldo hasta la pactada jubilación, para transformar su “oficio” en cuidadoras de mayores, consiguiendo con ello un éxito espectacular, al erradicar la prostitución, regalar un futuro a quienes vivían ya desesperadamente su ocaso profesional, atender en condiciones las necesidades de la tercera edad y recuperar el barrio.   
En estos años, siempre que se les ha preguntado tanto a Iñaki Azcuna como a Ibon Areso sobre cual era el secreto del milagro, su respuesta era inevitable: objetivos claros, permanente gestión y buena relación con todas y cada una de las administraciones, instituciones y particulares, desde la mas absoluta coordinación, entendimiento y con la generosidad necesaria para que cada uno colabore eficazmente en un proyecto común, Bilbao.
Pues bien, ¿quién puede ser la antítesis de Azcuna y Areso?, ¿Quién la del ayuntamiento de Bilbao?, ¿Quién la de sus políticos?, ¿Quién la de su ciudadanía?. Caliente, caliente…

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