Opinión

Vive deportivamente

Los responsables del área de Deportes en las emisoras de televisión optaron, siguiendo la moda impuesta por las cadenas norteamericanas, por incorporar a su plantel de comentaristas a antiguas figuras ya retiradas que podían ilustrar las retransmisiones gracias a su sabiduría en la materia y la experiencia acumulada tras muchos años de practica profesional. Esta presencia se hizo más evidente en el fútbol porque era y es el deporte más seguido y donde la pasión alcanza niveles más intensos. 
Pero lo que en un principio ilustraba con muy buen tono el trascurso de los programas, fue derivando poco a poco hacia terrenos más resbalosos. Para equilibrar los comentarios, se resolvió incorporar a las retransmisiones a personajes muy identificados con los equipos en disputa, y esa moda se ha extendido no solo a las retransmisiones en directo sino también a las tertulias hasta alcanzar, en esta modalidad, niveles esperpénticos. La pasión que desatan los grandes equipos del panorama nacional se refleja de inmediato en las apreciaciones de los que se encargan de aportar las pinceladas técnicas y han terminado por invalidarlas. Ahora, las voces que ilustran los partidos son, en general, voces partidarias pertenecientes a exjugadores que siguen manteniendo un fuerte nivel de compromiso con los colores que defendieron en su día, lo que convierte sus comentarios en apreciaciones más propias de seguidores del club que de expertos equilibrados. No digamos el carácter que adquieren esas aportaciones en las tertulias. La que dirige Josep Pedrerol, por ejemplo, llamado “El chiringuito de los jugones”, es una extemporánea y feroz trifulca de bar en la que los participantes no se recatan en absoluto de defender los colores del club que más les gusta y que convierte a los tertulianos en pura y dura hinchada. Cada uno de los participantes es fan de un club y la propia situación en el estudio define ya los bandos. Quim Domenech, Carme Barceló, Jorge D’Alessandro, Lobo Carrasco y Cristóbal Soria son hinchas irracionales del Barcelona mientras Tomás Roncero, Álvaro Benito, Alfredo Duro, Paco Buyo o Juanma Rodríguez lo son del Real Madrid. Manuel Petón es seguidor del Atlético y atiza a ambos bandos. 
La situación es surrealista y el análisis de las jugadas polémicas un auténtico disparate. La realidad es que la abierta tendenciosidad de los comentaristas de estos espacios -algunos de ellos son periodistas especializados, otros son exjugadores y ciertos invitados como le ocurre a Cristóbal Soria no pasaron de ser delegados de campo- han acabado convirtiendo el comentario deportivo en pura tele-realidad. Y no es eso.
 

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