Opinión

De la suerte y otras leyendas

La eterna y manida recomendación que se les suele hacer a aquellos que apetecen ganarse la vida ejerciendo actividades intelectuales y artísticas es aquella que aconseja que la inspiración les pille trabajando. En definitiva, que el genio está muy bien y hay que fomentarlo pero que las cosas no brotan por ciencia infusa. Y que el esfuerzo, la dedicación, el compromiso y el sacrificio son los cimientos sobre los que se asienta el triunfo aunque existan mentes más ágiles capaces de lograrlo en menos tiempo. Tesón y mucha fuerza de voluntad constituyen las vías más seguras para que al final se imponga la faena bien hecha. 
Lo digo escribiendo estas líneas bajo el dulce influjo de una victoria del Madrid en Nápoles describiendo estas sensaciones desde una ciudad que apenas mira de reojo y tuerce complacida de modo imperceptible el gesto cuando el Madrid hace la machada, probablemente porque esta ciudad en la que estoy ahora es ecuménica y aquí viven de todos los colores, fidelidades y partidos. Había un camarero en la barra de un bar cerca del lugar donde nací, chispero como el solo y natural y vecino de las Vistillas, que era un furibundo barcelonista y por más que trataba yo de convencerle de que aquella era un contra natura, chocaba contra un muro y no hubo manera de apearle de la burra.
Digo por ello, en contra de los que atribuyen a la fortuna y la casualidad la capacidad de reacción del Madrid, que aquí no hay casualidades y que a Ramos las inspiración para atacar los balones que le sirven  Modric o Cross desde las esquinas siempre le pillan trabajando como a esos persistentes y admirables integrantes de las filas de quienes aspiran a la misión cumplida. Cientos de saques de esquina se tiran diariamente en Valdebebas para que Sergio Ramos los enchufe con la cabeza, cientos de estrategias se ensayan en cada uno de estos servicios que incluyen los movimientos que cada cual efectúa cada balón que se bota y en el que se cambian más señas que en una partida de mus. Trabajo, trabajo, ensayo y más ensayo hasta que todo sale a la perfección y esa jugada que luego gana partidos se ejecuta como si fuera un paso de ballet, La jugada que los que no ven más allá de su propia corbata atribuyen a la fortuna. Pero la suerte no es con toda seguridad el principal motivo por el que el Madrid es el equipo de Europa que más goles mete de cabeza. El trabajo también cuenta.

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