Opinión

Los pensamientos de Isabel Pantoja

Estaba el país asomado al balcón aguardando expectante la decisión de la Audiencia de Baleares sobre el caso Nóos y como era de esperar, el fallo ante el que cabe al parecer recurso, no ha satisfecho a nadie. El primero en expresar su insatisfacción ha sido el juez que instruyó la causa, el inconmovible e incombustible juez Castro magistrado que se dejó muchas plumas en el intento y al que la batalla jurídica en la que se sumergió en cuerpo y alma le ha obligado a quebrar por completo su vieja amistad con el fiscal Horrach que parece haber salido triunfante en el empeño. El juez Castro estaba indignado tras el conocimiento de la sentencia emitida por tres juezas y aconsejó a los periodistas que meditaran sobre las penas a las que había tenido que responder Isabel Pantoja por igual comportamiento al de la infanta Cristina. El magistrado sembró su reflexión de un rastro amargo. “Lo único que deja claro la sentencia -expresó con sorna- es que Cristina de Borbón es una mujer florero”
La sentencia condena a seis años y dos meses de prisión a Ignacio Urdangarín Liebaert –así lo escribe el documento que contiene la mencionada sentencia- si bien le absuelve de la mayor parte de los muchos delitos sobre los que rendía cuentas. Su antiguo socio, Diego Torres, sale peor parado del asunto porque deberá cumplir ocho mientras las esposas de ambos son absueltas de toda causa penal aunque si condenadas a satisfacer determinadas cantidades de dinero. En definitiva, nada que la mayor parte de los que están en esto no hubieran ya sospechado. Cristina de Borbón, hoy ya ex duquesa de Palma pero infanta de España por ser hija de rey aunque no heredera directa de la corona, sale libre. De los diecisiete acusados solo tres ingresarán en la cárcel.
Los jueces se han pronunciado pero la sociedad civil no está contenta. Nunca lo está ante decisiones que tratan de impartir justicia en situaciones tan relevantes y a las que previsiblemente les falta mucho para conectar con el sentir del sufrido pueblo, Y es cierto que, tras conocer este fallo que a nadie ha dejado inconmovible, el idílico aserto de la igualdad de justicia para todos se resiente. Yo, como el juez Castro que se empeñó en llevar al banquillo a un miembro de la Familia Real, me pregunto qué estará pensando Isabel Pantoja a estas horas.

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