Opinión

La noche más hermosa

Para los madridistas de toda la vida -y yo lo soy como saben todos los que me conocen- lo de la noche del miércoles en Valencia fue una alegría y algo más porque esa victoria trabajada y merecida acapara un alto grado de vivencias, emociones y recuerdos. El Madrid está tornando a recuperar su condición y crece en la misma medida que decrece su rival de siempre, esa otra cara de la moneda que confirma la eterna dualidad vieja como el mundo, la teoría de los contrapeso, la cara B del single de la vida aunque ahora nadie, ni siquiera los jóvenes jugadores de ambos conjuntos, sepan ni por lo más remoto lo que es un single. Junior, que se nos ha muerto de pena y melancolía unas horas antes de que el expreso de Cardiff saliera de la estación para acabar en Pinto, sabía muy bien su sentido y significado. Se ha muerto uno de los Brincos y esa pérdida le otorga un punto de tristeza otoñal a una jornada llena de matices satisfactorios, de satisfacción y sentido común.
Sentido común es, por ejemplo, que el Madrid ganara el miércoles la Copa del Rey esa que ya se significa por la cerrada sesión de pitos que entonan los del Barcelona cuando les toca jugarla. A Semana Santa del año 2014, el Real Madrid ya es un equipo superior al Barça y ya sabe cómo jugarle, como ganarle  y cómo sacarle partido a su irrefrenable deseo de superación. En este sistema universal de pesas y medidas el Madrid está hambriento y el Barcelona comienza a mostrarse inapetente, a pesar de que esa demolición a la que se está sometiendo desde hace más tiempo del que sus hinchas y su directiva han sospechado, se ha tratado de maquillar con un resultado incluso muy dañino para la propia entidad. El Barça se ha creído que sigue siendo carne de divinidad y ya no lo es. No sólo porque Messi ha preferido volverse en espíritu a Argentina y mientras la mente pasea por las verdes praderas de su país natal, el cuerpo del genio vaga sin rumbo a diez mil kilómetros de distancia como vaca sin cencerro que diría Almodóvar sino porque todo el equipo está de retirada.
Pero la noche era del Madrid y van a darse seguramente otras noches más. Es un justo y digno campeón, esta en forma, se cree lo que dice y tiene  un buen entrenador que le ha otorgado la calma y la sensatez que le hacía falta. 

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