Opinión

Mirá vos, lo cobró el boludo

Confieso que no acabo de entender como un país que tiene tantas fuentes de riqueza como Argentina puede estar capeando una suspensión de pagos y capeándola con ligero acento chungo, como parece desprenderse de las informaciones que encabezan hoy las portadas de los salmones de todo el mundo. Los ministros que han de hacer frente desde sus distintos departamentos a la aguda situación que ensombrece la actualidad argentina se han multiplicado en declaraciones encaminadas a desmentir la generalizada creencia de que el país está en estado ruinoso, pero la peculiar habilidad dialéctica de la que hacen gala los argentinos y que se manifiesta con carácter hegemónico en odontólogos, psiquiatras, locutores de radio, políticos y por descontado Jorge Valdano que es un auténtico maestro en parecer que dice sin decir nada, no acaba de prender en esta ocasión porque el argumento de los ministros de doña Cristina Fernández suena más a diatriba contra un colegado hostil que le cobró un penal mirá vos el muy boludo, a Mascherano en el último minuto y te prometo viejo, escucháme, que no era penal ni muerto, que a un argumento lógico para tratar de aclarar el motivo por el que un país tan rico ya digo como Argentina tiene que vérselas de tanto en tanto con estos sofocos. Para los ministros citados, el único culpable -el referee que le cobro el penal en el tiempo añadido para entendernos- es el juez Griesa de la corte federal de los Estados Unidos que es el tipo que montó el quilombo. Para los demás, hace tiempo que al régimen de la señora Fernández se le advierten demasiadas trampas. Confieso que no sabía que NML era una compañía aseguradora de rango internacional y que se especializaba en fondos buitres que son al parecer los que adquieren la deuda de los países en trance de bancarrota y negocian con ellos que es lo que por lo visto le ocurre a Argentina. El juez Griesa ha decidido que antes que otros deudores sean los de NML los primeros que cobren, y ha vuelto a meter en un lío a un país que tiene demasiadas goteras y que suena cada vez más irritante y hueco. Su presidenta, sus ministros de pacotilla, su parafernalia y su matraca interminable huelen a garito de feria. Cada vez es más difícil creerse lo que dicen. Les pasa como a Messi.

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