Opinión

Manipular lo que se pueda

Firmemente dispuesto a controlar todo lo que puede ser controlado desde instancias de poder y aun lo que no debe controlarse, Pedro Sánchez ha querido imponer el candidato a la alcaldía de Madrid que él quiere, aún a sabiendas de que la federación socialista madrileña reaccionaría tirando de bayoneta. Sánchez es un personaje oscuro e inquietante al que pocas cosas arredran, y al que ciertas cortapisas de índole ético no influyen en absoluto a la hora de tomar decisiones sobre todo si las decisiones le benefician personalmente. La propia moción de censura que le ha llevado a la Moncloa tiene una vertiente oscura que a Sánchez no le ha robado ni un solo minuto de reflexión. Nada le importó ni le quitó el sueño aceptar las imposiciones de los independentistas catalanes y vascos que le ofrecieron a cambio de ello la presidencia. Tampoco le ha importado en absoluto diseminar comisarios políticos en cada una de las instituciones a las que puede acceder aunque por ejemplo, la RTVE de Rosa María Mateo obtenga mes tras mes los peores resultados de su historia, cada uno consecutivamente peor que el anterior.
Sin embargo, el más indeseable de sus ejercicios de mangoneo ha sido el de colocar a José Félix Tezanos en la presidencia del Centro de Investigaciones Sociológicas, no solo por el caos en el que se ha sumido el instituto desde que cayó en manos del veterano catedrático cántabro e histórico dirigente socialista, sino lo que es mucho más triste y preocupante, por el deterioro que uno tratamiento semejante produce en las instituciones y mecanismos de gobierno. Las prescripciones del CIS suenan a tanta falsedad y parecen tan maquilladas y vacías que, a pesar de que el periodo en el que Tezanos lo domina es todavía muy corto, ha conseguido que nadie se los crea y que todo lo que dice y pronostica sea tomado a broma. Tezanos, que es un auténtico hooling más que militante sensato y competente, tiene 72 años y ha sido rescatado por Sánchez para convertir el centro en un instrumento de propaganda. Al CIS actual cabe aplicar aquí las coplas que cantaba el Piyayo: “a chufla lo toma la gente y a mí me da pena y me causa un respeto imponente”

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