Opinión

Las víctimas de la fiesta

Los resultados de las elecciones de Andalucía se han cobrado la carne de unos pocos. Tierra taurina de sol, sangre y arena, el pitón astifino de la realidad se ha clavado en unos cuantos muslos y se ha llevado colgando de la punta un buen racimo de femorales. Susana Díaz, desencajada y con mirada vidriosa, comparecía ante los despistados periodistas aún mudos de asombro ante la trascendencia de los resultados reales, y articulaba un discurso victimista y absurdo que trataba de exculpar el fracaso en las urnas predicando la necesidad de salir a la calle para frenar a la ultraderecha como si los cuatrocientos mil votos largos obtenidos por Vox no fueran legales. A Díaz, el toro le ha prendido nada más desplegar el capote, y se ha quedado sin capacidad de reacción porque en su estúpida soberbia, el PSOE andaluz no tiene plan B, si bien la situación que plantean las urnas sea a estas alturas endemoniada. Sánchez, que tiene bastante con lo suyo y con un panorama que se le angosta a cada paso, la repudia y no quiere saber nada de perdedores. Pero si el “susanismo” se enfrenta a un sonoro patinazo, qué decir de la primera gran prueba de fuego protagonizada por el nuevo CIS de José Félix Tezanos y sus desastrosos pronósticos sobre los resultados de los comicios recién celebrados. La tentación de colocar entidades sólidas y públicas al servicio de intereses particulares suele socavar poco a poco la respetabilidad de los departamentos hasta convertirlos en residuales, y esto es lo que va a conseguir Tezanos manipulando el organismo que preside y tratando de intervenir en las expectativas de voto. Los resultados facilitados antes de las elecciones en Andalucía  -primera gran cita a la que acudía este CSI renovado- han sido un dislate. La encuesta otorgaba 47 escaños al PSOE y 1 a Vox. Por el camino, concedía 22 a Podemos/IU -convertidos por el pronóstico en segunda fuerza- lo que se traducía en un holgado triunfo de la izquierda y un futuro gobierno socialista de acuerdo con Adelante Andalucía que le sonó excesivo hasta al propio Zapatero. El CIS otorgaba de paso 21 escaños al PP y solo acertaba el resultado de Ciudadanos. Un auténtico bacarrá que obligará al CIS a reflexionar, y debería convencer a Tezanos de que, en el futuro, el organismo que regenta deberá ser mucho más riguroso.

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