Opinión

La negación de los triunfitos

Una de las prebendas que la compañía privada que organiza y gestiona el formato “Operación Triunfo” en la cadena pública es la elección de nuestro representante en el Festival de Eurovisión.  La empresa no solo se hace cargo de determinar el intérprete a partir del abanico de “triunfitos” finalistas en el evento, sino que proporciona también la canción y se ocupa del proceso mismo de prepararla, grabarla y dejarla lista para que concurse y fracase en toda la línea como viene siendo norma. Desde que “Operación Triunfo” asumió  sin discusión alguna la capacidad de elegir intérprete y canción para participar representando a Radio Televisión Española en el certamen, las presencias se han contado por desastres. El dúo formado por Amaya y Alfred en la pasada edición fue tan blando y tan cursi que no tenía posibilidad alguna de hacer algo positivo. Para colmo, la historia de amor que nos vendieron los organizadores y que soportaba la mayor parte de las razones que hacían necesaria esta representación, o duró lo justo para  intervenir en la prueba o era simplemente mentira. Amaya y Alfred ya no están juntos, anda cada uno por su lado y además si coinciden no se saludan. El mismo y trágico final ha tenido el épico romance entre Cepeda y Aitana, quienes ahora tratan de cruzarse lo menos posible. Ana Guerra rompió con su novio de siempre y sale con el actor Miguel Ángel Muñoz… La vena romántica que sirvió de hilo conductor al programa del año pasado se ha roto en cachitos.
En esta edición dicen que los concursantes no quieren ver Eurovisión ni en pintura y que el único     que está ilusionado por ir es un joven y espigado cantante de origen nigeriano nacido en Sevilla que se llama Famous y que, en mi modesta opinión, tiene la voz más interesante y madura de todo el elenco. Si él no gana van a tener que hacer como hicieron en su día con Beth, a la que llevaron a participar en Eurovisión literalmente de los pelos. En todo caso, para  arreglar esos entuertos político-musicales siempre está el jurado Joe Pérez Orive, responsable directo de la participación de aquel Manel que lanzó un gallo salvaje en el escenario europeo de Lisboa. Para perder por goleada da igual uno que otro si la audiencia aguanta. 

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