Opinión

La madre superiora

Marta Ferrusola de Pujol representa por si misma todo lo indigno y degradante que caracteriza al nacionalismo capitalista y de ultraderecha. La matrona que en la sombra controla todos los movimientos del clan que domina, es una mujer sin corazón a la que le dan asco los que no son de su estirpe, procura no mezclarse con sujetos de otras etnias, y se muele a golpes de pecho mientras manda y ordena en los destinos del resto. En las horas muertas entre novena y confesionario determina quien sigue y quien se queda, señala y significa, sacraliza o demoniza, acepta o echa a la calle. Manipula y negocia amenazando y sobre todo y ante todo, miente. Lo hace sin descanso y sin cuartel, asumiendo el rol de pobre mujer angustiada que acompaña su papel con los gestos y los ademanes de una actriz que ha ensayado hasta cansarse los prodigios de la impostura una y otra vez ante el espejo. Recuerdo alguna de sus comparecencias en esas farsas que ha montado el parlamento catalán para escenificar la presencia de la madrina en sede parlamentaria sin romperla ni mancharla. Ella no tiene cuentas, ella no tiene un duro, ella no sabe nada, ella está al margen… Ella es ella.
Ahora sabemos que no es así aunque la asistencia letrada del clan ha decidido de común acuerdo pasar al contraataque. De hecho, la misiva de capellanes y misales que enviaba para que se movieran sus fondos opacos en paraísos fiscales es, a juicio del equipo de asesores jurídicos del clan, falsa y exige al Supremo que explique su procedencia. Más vale sin embargo que se explique ella pues el recado es muy propio. Es una orden que parte de la madre superiora quien ordena se faciliten dos millones de pavos en lenguaje críptico de sacristía y misterio, porque superiora es esta dama tiesa e imperturbable más falsa que un euro de madera. Mientras doña Ferrusola ordenaba la entrega de dos misales, era clamor en Cataluña que España nos roba. En realidad quien robó a destajo fue esta familia  sin principios ni sentimientos. Una familia de meapilas y políticos a partes iguales porque es bien sabido que Jordi fundó Convergencia de Cataluña en la Basílica de Montserrat y vivió su romance con Marta entre rezo y rezo, pues ambos se conocieron, se prometieron y se quisieron militando en Acción Católica, 
Algo tiene el agua cuando la bendicen y algo tiene que tener de milagroso ese agua ya bendita para conseguir tapar a tanto indecente. 

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