Opinión

Italia y el caos universal

El mundo camina hacia el caos o Italia se queda fuera del Mundial podría ser el título de un libro de anticipación sombrío y apocalíptico escrito por un oscuro nigromante del siglo XVIII que narrara, al amparo de la bruma de sus visiones, un panorama de horrores si no fuera porque al menos una de las premisas de esta tremenda premonición se ha cumplido. O quizá las dos. Desde que el mundo es mundo, ha mostrado un empeño infinito por autodestruirse apelando a tragedias, guerras,  agresiones, desgobiernos y otras plagas debidas en su mayor parte a la mano del hombre. Pero la conclusión definitiva, la situación extraordinaria cuya sola pronunciación estremece y convierte una idea aparentemente absurda en una desdicha tan real como la vida misma es la eliminación de Italia y su ausencia de proporciones infinitas en el Mundial de Rusia. De nada sirve recordar a los ídolos con botas de tacos que hicieron grande el fútbol italiano a través de las edades del hombre y que varias generaciones de niños han recitado de memoria como se recita un poema del divino Dante, desde los primeros partidos del combinado allá por 1910. De nada vale  conocer que Italia ha conquistado el campeonato del Mundo en cuatro ocasiones, que en sus filas han jugado a lo largo de un siglo y pico futbolistas extraordinarios desde que Guiseppe Meazza se calzó la elástica azul ante la sonrisa lobuna del Duce Mussolini. Yo mismo soy aún capaz de recitar de memoria alineaciones legendarias de la selección de Italia y muy especialmente de sus casi invulnerables líneas defensivas. ¿Existe alguien en el universo al que le guste el fútbol y que no sepa quienes eran Gianni Rivera, Sandro Mazzola, Dino Zoff, Gaetano Scirea, Cesare Maldini, Gigi Riva,  Claudio Gentile o Paolo Rossi? Lo dudo.
Es, por tanto una verdad inapelable que el mundo es más hostil y oscuro si los dados de la fortuna cósmica han determinado que Italia no juegue un campeonato del Mundo de fútbol y su ausencia no puede ser comparada con la de Holanda o Chile dicho con todos los respetos. El problema –grave problema sin duda- es que esta generación de futbolistas encabezados por un seleccionador que no distingue su mano derecha de su mano izquierda, apenas tienen argumentos para ganar los partidos y un combinado como el italiano no puede cimentarse únicamente en cuatro tíos en la trasera –Buffon, Bonuzzi, Chiellin y Barzagli- y el desconsuelo a partir de ahí. Italia es una mala caricatura de Italia. Pero es Italia y esto es un desastre universal.

Te puede interesar