Opinión

La cultura del western

Siempre me he tenido por un enamorado del western, un género cinematográfico que probablemente ya no gusta a los demás porque el mundo se ha hecho mucho más pragmático y ciertos valores en un tiempo como el nuestro sobran. Aficionado como soy a la Historia, no dejo de maravillarme al pensar que unos hechos que se produjeron hace más de ciento cincuenta años han permanecido vigentes tanto tiempo y se han convertido en un relato épico y lírico capaz de colmar las grandes pantallas. La epopeya del Oeste, un fenómeno que alcanzó su máximo apogeo tras la guerra de Secesión, coincide en el tiempo con los turbulentos estados de nuestra nación, de asonada en asonada y de pronunciamiento en pronunciamiento. La guerra civil de los Estados Unidos coincide en el tiempo con el reinado de Isabel II y su vencedor incuestionable, el general Ulisses Simpson Grant fue amigo del general Prim al que conoció en los Estados Unidos y con el que se carteaba. Le regaló un estuche con dos hermosos revólveres Colt 45 Navy de los que salen en las películas y que colgaban del cinto del sheriff Wyatt Earp.
Ignoro yo por qué  no hemos hecho más cine de esta época histórica nuestra paralela en el tiempo con la epopeya del western porque es un tiempo lleno de enjundia y muy poderoso para ser contado en imágenes pero siempre hemos sido como hemos sido y nuestra propio devenir histórico nos ha importado muy poco. Los norteamericanos han hecho del suyo un glorioso relato capaz de sucederse en el tiempo y nosotros jamás lo hemos aprovechado.
Se estrena ahora la nueva versión de “Los siete magníficos” la tercera versión de una historia que comenzó contando el gran Kurosawa y sospecho que iré a verla como entusiasta del género aunque no puedo ocultar también un cierto sentimiento de alarma. La  versión western de aquel cuento de guerreros japoneses salvando una aldea de las arbitrariedades de un oscuro y cruel amo, le puso firma el incomparable John Sturgess e hizo con ella una pequeña y espléndida obra de arte así que no sé yo si Antohny Fucua va a poder igualar el pulso y el dramatismo de una historia crepuscular de viejos cowboys desesperados. En todo caso y como es cierto que el western se sucede a sí mismo sospecho que la estética de esta versión nueva será también muy poderosa y más fiel a la realidad que las antiguas interpretaciones. Buffalo Bill llevaba un sombrero que recordaba más a un mosquetero que a un cowboy tejano. Y eso en estas nuevas tendencias está solucionado. Ya veremos.

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