La curiosidad no tiene límites ni tampoco las consecuencias de esa virtuosa condición directa responsable de avivar el progreso y guiar la superación humana. Esa misma curiosidad que aviva las mentes de los hombres y nos permite ser cada vez más listos y conocer cada vez más cosas, genera al tiempo los objetivos más absurdos y las conclusiones más prodigiosas. Por ejemplo, unos expertos en demoscopia pertenecientes al departamento de Sociología de una universidad estadounidense, tras testar cantidades ingentes de población masculina y utilizar, sospecho, a destajo la cinta métrica, han llegado a la conclusión de que el tamaño tipo del pene humano en estado de flacidez es de 9 centímetros y de 13’5 cuando está en posición erecta. Evidentemente existen muchos sujetos que tienen en posición de descanso más del doble de ese tamaño –no hace falta más que darse una vuelta por los vestuarios de un gimnasio- pero esas son las medidas normales, las que rigen en las gentes de toda la vida y no en los superdotados. Hace muchos años en la sauna de un hotel de Lisboa coincidí con un caballero que tenía en ese lugar un tercer brazo pero no es lo habitual. La mayor parte de los hombres del planeta estamos en esos cánones. Los expertos aseguran no hay relación entre el tamaño del pene sin estimular y el estimulado y también aconsejan a los que tienen dimensiones menores que no se obsesionen y que pueden generar muchas y gratas sorpresa.
Ignoro qué objetivos se cubren con semejantes estudios pero hace algún tiempo, una comunidad autónoma creo que la andaluza, confeccionó con dinero público un mapa del clítoris de las mujeres en aquellos territorios y todavía estoy por conocer qué es un mapa del clítoris y para qué sirve. Lo único que se supo es que hubo un pastón en subvención para confeccionarlo y que los resultados del estudio sospecho que jamás se han publicado. Los del pene dicen las noticias que va a ser muy utilizado por las fábricas de confección de preservativos pero no me hagan mucho caso. El asunto es potenciar el debate.
