Opinión

Nueve años no es nada

Un querido amigo y sin embargo colega, me contó en su día cómo se había organizado el proceso de fundación de la Sexta, la cadena privada de televisión de color verde que, según este relato, constituyó una aventura cuajada de recovecos, buenos, malos y pésimos rollos, procesos íntimamente ligados a un complejo entramado de relaciones personales cruzadas que marcaron su constitución a sangre y fuego y que protagonizaron personajes en su mayoría crecidos al amparo del entonces presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Lo que son las cosas, nueve años después, buena parte de aquellas criaturas de marcada personalidad y grandes responsabilidades han tirado la toalla y sus vidas ya no son en modo alguno como eran.
Carme Chacón, fue el epicentro de aquel ciclón forjado en torno al presidente, gracias a unas virtudes deslumbrantes para el ejercicio de la política, gran intensidad en comportamientos y una preparación técnica y profesional muy superior a la media. De hecho, Zapatero le hizo caso a Rubalcaba que la había descubierto y apadrinado, y guardó para ella un primer ministerio de Vivienda en el que trató de enmendar los graves errores de su antecesora, y poco después, el de Defensa. El nombramiento, como era natural, se convirtió el tema estrella de aquel tiempo.
Chacón tenía entonces 34 años y acudió a la ceremonia de su presentación ante la cúpula castrense embarazada de su hijo. La foto de la ministra pasando revista a tropa y oficiales con una barriga de seis meses dio la vuelta al mundo y arrancó titulares en todos los periódicos del continente. Su marido era Miguel Barroso, uno de los fontaneros más potentes del equipo de Moncloa y el personaje sobre el que precisamente se constituyó desde el poder, la Sexta.
Nueve años después, Chacón y Barroso acaban de anunciar su divorcio –el segundo matrimonio fallido para el- tras una unión que tenía los días contados según los expertos. Ella ha decidido también romper por completo con la política, una decisión que llevaba madurando desde que fuera precisamente Rubalcaba quien le ganara la secretaría general del PSOE por veintidós votos hace cuatro años. Rubalcaba, protector, amigo y compañero de aventura política también se ha ido para no volver. Muchos dicen que tras aquella tempestad que originó la Sexta el cariño se tornó inquina y no volvieron ni a saludarse. Puede.

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