Opinión

Vamos a cazar fascistas

Una de las primeras personas que condenó a los autores de la paliza a Inma Seguí, la jovencísima líder en Cuenca de VOX, la escisión del PP fundada por Ortega Lara y otras víctimas de ETA, fue el responsable de Podemos en Aragón, Pablo Echenique.
Pero su postura personal no es igual que la de su jefe, Pablo Manuel Iglesias Turrión, cuyos mensajes en sus programas de La Tuerka-TV fueron durante años llamamientos a la violencia política.
Los vídeos de Youtube en los que propagaba su doctrina antes de su llegada a los medios de televisión convencionales producen escalofríos.
Luego parece que sufrió una epifanía que lo volvió, dice, socialdemócrata: de carácter marxista-leninista-chavista.
Deben recordarse frases suyas a favor de la guillotina o esa de “Fachas no faltan, así que quizá cuando acabemos con esta charla, en lugar de mariconadas de teatro, nos vamos de cacería a Segovia a aplicar la justicia proletaria”, como dijo en esa ciudad, como podría haber sido Cuenca, en septiembre de 2013.
Debe saberse que sus programas, los que lo llevaron a las televisiones generalistas y al estrellato político, están financiados por los ayatolás iraníes a través de Hispan TV.
Sí, de los ayatolás que cuelgan homosexuales de las grúas, que ejecutan a decenas de personas por “pecados” religiosos y que tienen sometido a los iraníes a una terrible teocracia.
Con cientos de miles de creyentes aún del primer mensaje de Iglesias, al que se han unido los animalistas más fanáticos, que no extrañe que por España se hayan despertado muchos locos dispuestos a ejercer la violencia revolucionaria, como contra Inma Seguí, defensora de la fiesta de los toros.
Nota al margen: varios de los últimos asesinos de mujeres eran reconocidos amantes de los perros.

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