La tuitera podemita Cassandra Vera ha sido condenada a un año de cárcel y siete de inhabilitación por un delito de humillación a las víctimas del terrorismo tras divulgar 13 burlas tratando de hacerse la graciosa a costa del ex jefe de gobierno de Franco, Luis Carrero Blanco, muerto en atentado.
No irá a la cárcel pero esta murciana aspirante a profesora de historia, de 21 años, perderá becas y trabajos públicos, lo que librará a los niños de ser adoctrinados por esta concentración de odio.
Porque sus otros tuits sobre personas vivas son mucho más incitadores al terrorismo y señalan su maldad o un fanatismo enfermizo que llama atentar y a asesinar a personas vivas de derechas. Y eso no son bromas ni chistes. El artículo 578 del Código Penal aplicado a sus bufonadas es muy útil para detener terroristas, como ha ocurrido en el caso de varios yihadistas que proponían como ella mandar al otro mundo a los infieles religiosos o ideológicos.
Estos fanáticos son peligrosos sobre todo porque tienen admiradores que muchas veces ejecutan sus deseos para ser reconocidos por ellos. Innumerable crímenes son ofrendas al maestro venerado.
Niega haberlos escrito, pero están documentados decenas de tuits como:
“Espero que Cristina Cifuentes muera antes de las doce, será un puntazo que muera en el aniversario del pioletazo (Trotsky) de otra rata”, “Esto lo escribe en otro país y automáticamente matar a Salvador Sostres es legal y conceden medalla de honor”, “Ejecutar a un facha mientras susurras al oído Madrid será la tumba del fascismo”,
Una sentencia ejemplar sería imponerle escribir a mano diez mil veces lo contrario de sus centenares, incluso millares, de tuits malvados, y la inhabilitación debería ampliarse a décadas de alejamiento de los niños.
