No es en España sino en Alemania donde, en la conmemoración del centenario del inicio de la I Guerra Mundial, los socialistas alemanes y franceses acaban de denunciar a los nacionalismos como causantes de esa y de la II Guerra, que sumaron cerca de cien millones de muertos.
Entre ellas, la guerra civil española en la que, aparte del fascismo o el marxismo, los alentadores fueron los nacionalismos catalán y vasco.
Ahora, los asesores del nacionalista catalán Artur Mas le han preparado un informe contra los dictámenes europeos que, desde 2004, y recordando el origen de las guerras mundiales, advierten que será imposible la adhesión a la UE de quienes se desgajen de un país miembro.
El Consejo Asesor de Transición Nacional catalana sostiene que la Unión aceptará una Cataluña independizada por el nacionalismo, y le aseguran que la oposición de España no podrá impedirlo.
Como si los socialistas europeos fueran a aprobar que, tras Cataluña, pudieran reiniciarse guerras o terrorismo por Valencia, Baleares y el Rosellón exigidos por el pancatalanismo, Córcega, Bretaña, Alsacia, Italia convertida en distintas repúblicas, Baviera…
Atentos, socialistas españoles, que el socialdemócrata alemán, candidato a presidir Europa con vuestro apoyo, Martin Schulz, y el socialista barcelonés Manuel Valls, primer ministro francés, lanzaron el mensaje que deberíais haber asumido hace muchos años para oponeros a vuestros peores contendientes, los nacionalistas.
“La raza, la lengua y la religión no son criterios para trazar fronteras”, advirtió en este recuerdo de la I Guerra Mundial como portavoz de la socialdemocracia el líder del SPD, Sigmar Gabriel.
Aviso a los navegantes socialistas: Paco Vázquez, José Bono, Joaquín Leguina y similares socialdemócratas, despreciados ahora, resulta que tenían razón.
Mientras, Mariano Rajoy lo basa el antiindependentismo solamente en esta UE, como si España no tuviera historia, además.
