Opinión

Políticos dopados

En la última sesión en el Congreso de la fallida legislatura tras las elecciones del 20D algunos diputados con altas aspiraciones políticas estuvieron tan agresivos y excitados que hicieron sospechar que estaban dopados.
 Lo que los ciudadanos deberíamos conocer era su estado su estado físico y psicológico, analizado científicamente.
 Estamos obsesionados con la corrupción de numerosos políticos, olvidando que también toman decisiones de gran impacto en nuestra vida impulsadas por sus pasiones, deseos, virtudes, y quizás también por algo que altera sus conductas, como las drogas.
 La última sesión, la semana pasada, fue especialmente perturbadora por la barahúnda que se montó, cercana a las asambleas de locos en los antiguos manicomios.
 Fue algo anormal en un país medianamente civilizado, aunque en realidad no hubo ninguna sesión parlamentaria normal tras las últimas elecciones generales.
 Lo mismo que se exige una declaración de bienes al acceder a un escaño, debemos exigir que los políticos se sometan regularmente a análisis de consumo de sustancias que alteran el cerebro.  Debemos imponerles análisis antidopaje, como a los deportistas, y que se hagan públicos los resultados.
 Buena parte de los desastres de la economía y de la política que suceden en el mundo se deben a decisiones tomadas bajo el efecto de las drogas, en especial de la cocaína.  En 1983 Frank Zappa, famoso rockero estadounidense hostil a las drogas, escribió una canción cuyo título, “Cocaine Decisions”, extrajo del lenguaje popular al atribuir muchas conductas imprudentes, y que nos afectan a todos, al consumo de ese producto.
 El blanco iceberg asesino está oculto bajo la superficie del agua. Sólo vemos su corta cima, y el Parlamento podría ser similar.
 Hemos observado solamente la cúspide de algunas conductas de políticos posiblemente dopados y capaces de dañarnos: exijamos examinarlos.
 

Te puede interesar